CUALQUIERA de esos creativos de Manhattan que venden su alma al diablo por una idea con luz hubiese sacado chispas a la escena. Ocurrió poco antes de las 12.00 de mediodía, cuando un retén de protestantes de la plataforma Stop Desahucios se acercó hasta el Café Iruña, engalanado para su tradicional ritual de lanzar un txupin a las doce en punto y dar comienzo a los Sanfermines, y hablaron con Amaia Aseguinolaza, Alicia Garmendia e Ignacio Cano, gerente de la casa. ¿Dónde está el quid de la historia?, se preguntarán ustedes. En la espalda, como dorsal de futbolista, llevaban una leyenda ad hoc: Nunca caminarás solo. No hay una fiesta en el ancho mundo a la que le encaje mejor la letra de ese Never walk alone made in Liverpool. Solo, lo que se dice solo, no creo que ande nadie estos días por Estafeta. Bueno, por Estafeta o por cualquiera de ese mar de calles que conforman un dédalo estrepitoso estos días en Iruñea.

Son siete los cohetes que anuncian el inicio de las fiestas de San Fermín y fueron catorce los lanzados ayer en Bilbao. Antes de que corran los más intransigentes a denunciar la fanfarronada a la bilbaina, diremos que todo tuvo un porqué. Los siete clásicos lanzados en el Café Iruña y otros tantos lanzados en el Hogar Navarro en Bilbao, con la colaboración de BilbaoHistoriko y la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo. En el viejo café prendió el primer txupin el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, y a continuación redondearon el ciclo Itziar Urtasun, Luis Eguiluz, Julio Alegría, Beatriz Marcos, la propia Amaia Aseguinolaza y Óscar Fernández Monroy en un mediodía de vísperas de San Fermín, en una costumbre que comenzó en 1903, cuando Severo Unzue levantó la primera persiana del histórico local. A la cita en la calle Berastegui tampoco faltaron Patxi Villanueva, Misere Josephe, Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro; Javier Aspiazu, Txema Etxebarria, Nekane Alonso, Asís Martín, Javier Urroz y una legión de hombres y mujeres tocados con pañuelo rojillo.

sangre navarra La sangre navarra corrió ayer por centenares de bilbainos. A la cita del Iruña, insisto, no faltaron los fieles, desde Piru Azua, interrogado hasta la extenuación por el futuro del Bilbao Basket, hasta Óscar del Hoyo, pasando por Alex Candina, Ander de Aranbalza, Julen Azkarate, Maitena Urizar, encantada de vivir la fiesta sin las aglomeraciones de la plaza del Ayuntamiento; Alberto Ruiz de Azua, Juanjo Romano, Iñigo Urrutia, Josu Montalban, Juan Manuel Delgado, Izaskun Garay, Mikel Urrutikoetxea, Juan Carlos Agirre, Adolfo Lasarte y la buena gente del Hogar Navarro de Bilbao, que bajó hasta el Café Iruña para hermanarse y disfrutar, como no, con los alegres compases de la fanfarria Dumbots, el ajoarriero y el agua de Bilbao, elementos imprescindibles en días como el de ayer. Con ellos acudieron el presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, Unai Aizpuru; Ibon Areso, Ricardo Barkala, Adrián Castro, José Luis Jauregi y toda una legión de pañuelicos rojos y alegres.