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Zubietxe gestiona una librería donde vende ejemplares donados por particulares

Zubietxe, que trabaja por la inclusión social, gestiona una librería donde vende ejemplares donados por particulares

Zubietxe gestiona una librería donde vende ejemplares donados por particularesBorja Guerrero

Zubietxe es una asociación que lleva veinte años ayudando a personas en riesgo de exclusión social. Nació en Ollargan, un barrio cercano a La Peña pero perteneciente a Arrigorriaga, y allí sigue, manteniendo su sede y un centro de día. A lo largo de estas dos décadas ha ido creciendo tanto en recursos residenciales como en personal y voluntariado para poder dar servicio a los usuarios. Comenzaron con un piso de acogida para personas toxicómanas del entorno y hoy en día gestionan diferentes viviendas en barrios de Bilbao, además de organizar múltiples actividades de “participación social”. En esa búsqueda de proyectos para conseguir su objetivo, que no es otro que lograr la inclusión social de los más desfavorecidos, alguien de Zubietxe planteó la posibilidad de abrir una librería. “Pero no una librería al uso”, especifica Izaskun Rekalde, responsable del área de promoción y comunicación de esta asociación bilbaina sin ánimo de lucro. Efectivamente, la idea era abrir una librería donde únicamente se pudieran vender libros de segunda mano donados por particulares. Se pusieron manos a la obra para que el proyecto fuera una realidad. Y así fue. El pasado 11 de diciembre inauguraron en el número 7 de la calle Carnicería Vieja la librería Libu, un lugar de encuentro donde se pueden comprar libros por 3 euros, participar en charlas, talleres o disfrutar de música en vivo. En Zubietxe quieren que todo el mundo que entre en la librería “se sienta como en el salón de su casa”. Aunque llevan poco tiempo en funcionamiento, la respuesta de la gente ha sido magnífica. Ya no les caben más libros en las estanterías. Eso les hace pensar que la librería tiene futuro. Así que esperan que cuando se asiente el negocio, “el equipo de trabajo esté compuesto por personas usuarias de Zubietxe”. Actualmente, la librería es atendida por tres mujeres: Myrsini, Yeri y Elena. Las tres lo hacen a costa de su tiempo libre, aunque dos de ellas mantienen una vinculación laboral con Zubietxe.

Recursos propios Según explica Izaskun Rekalde sobre la génesis del proyecto, “llevábamos tiempo reflexionando sobre la posibilidad de tener algo que generase recursos propios para no vivir sólo de las subvenciones que nos dan”. Y a esta reflexión se unía otro gran anhelo de esta asociación: “la inserción laboral y la participación en la comunidad de los usuarios de Zubietxe”. “Porque son muchas las dificultades con las que se encuentran las personas en riesgo de exclusión social”, apunta Izaskun. Así que vieron que una librería con ejemplares de segunda mano podía cumplir esos objetivos. Se pusieron en marcha una vez que “teníamos claro que la ubicación debía ser el Casco Viejo”, señala Izaskun. “Pensamos que tenía que estar en un sitio que tuviera ambiente de barrio, un punto bohemio e interés por la cultura, y nos decidimos por Carnicería Vieja porque es una calle que los últimos años ha acogido comercios muy innovadores”. Elegido el local, todos echaron una mano: usuarios, trabajadores y voluntarios de Zubietxe. “Fue muy bonito”, dice Izaskun, “porque nosotros trabajamos con gente que tiene problemáticas superduras y aquí no hubo ninguna queja”. El abastecimiento de libros fue sencillo. “Primero comenzamos a contactar con la gente más cercana y, cuando vimos que iba en serio, empezamos a mover las redes sociales, donde somos bastante activas”, explica Izaskun. La respuesta fue abrumadora, a pesar de que en un principio “a la gente le cuesta mucho desprenderse de los libros, pero cuando le dices que es para un fin social, te los dan gustosos, sin problemas”. Tanto es así que desde que abrieron la tienda, un día a la semana acuden a las viviendas de las personas que desean donar libros. “Lo normal es que la gente traiga los libros a la librería” aclara Izaskun, “pero si son grandes cantidades los vamos a recoger a las casas”. No han contabilizado el número total de ejemplares, pero creen que ya han superado los 6.000. Así que la mayor parte de ellos los han tenido que almacenar en los locales que tienen en Ollargan. “La mayoría llegan en buen estado”, dicen, pero en caso de que no cumpla condiciones para sacarlo a la venta, “los llevamos a reciclar”. Lo único que no aceptan son “enciclopedias y libros de texto”. El resto sale a la venta con unos precios muy asequibles: 1 libro, 3 euros; 2 libros, 5 euros, y 5 libros, 10 euros. También destacan que dentro de la librería hay una zona especialmente dedicada al público infantil. “Queremos transmitir a niñas y niños el gusto por la lectura, con un txoko exclusivamente infantil”, se puede leer en los folletos.

Talleres Pero no todo son libros en Libu. “Hay muchas actividades”, señala Myrsini, una educadora social de Zubietxe que atiende como voluntaria en la tienda. Se refiere a presentaciones de libros, talleres de arte, música en directo o charlas. “Es un espacio abierto en el que se puede tratar cualquier tema”, asegura. Recientemente, un usuario de Zubietxe de origen georgiano ofreció una emotiva actuación musical junto a su padre. En este sentido, Izaskun vuelve a recordar que “no es una librería al uso, empezando por la estética”. No es de extrañar que, tras la inauguración, mucha gente se acercara para preguntar qué era aquello. Pero el poco tiempo que lleva a abierta les ha dado la razón. “Estamos supercontentas”, dicen, “porque percibimos que gusta”. En definitiva, son libros de segunda mano con un final feliz. Legan a buenas manos y la recaudación va destinada a una buena causa.