De nada sirve quejarse de lo que ya está hecho. Sin embargo, siempre se puede hacer una parada técnica para analizar lo que ya hay para mejorarlo y, en la medida de lo posible, no empeorarlo. Esa es la filosofía con la que algunos hosteleros bilbainos con los que ha hablado DEIA analizan la evolución que ha experimentado el sector en Bilbao y su futuro. Estos profesionales del sector cuentan con negocios en zonas de ambiente como Ledesma, Maestro García Rivero y Licenciado Poza, espacios de ocio en los que la actividad hostelera ha crecido de manera significativa. “Hay muchos negocios, sí”, sentencian, pero creen que antes de que todo “explote”, es necesario saber por qué tipo de ciudad se apuesta y trabajar todos juntos por lograrlo. “De nada sirve crear enfrentamientos. Debemos sentarnos, ver lo que tenemos y dar una solución a aquellos aspectos que hay por mejorar”, apuesta Rafa Viar, uno de los responsables del restaurante Bilbao Berria, en la calle Ledesma. Hace algo más de un año decidió, con otros dos amigos, abrir un negocio de hostelería en un local que había estado ocupado durante muchos años por otro mítico restaurante de Bilbao, el Matxinbenta de Mauri Guardo. Su apuesta era clara: un espacio diferente, con una cuidada gastronomía que estuviese al nivel de lo que merece Bilbao. “En la parte alta de Ledesma no había nada. De repente, en un año se han abierto otros cuatro locales de hostelería más”, cuenta. “¿Son buenas tantas aperturas?”, se plantea Rafa. “Lo que no tiene sentido es que haya un montón de locales de día y luego la noche esté muerta”, sentencia. Viar, al igual que otros hosteleros, es consciente de que al final todos buscan ganarse la vida. Pero, eso sí, “no me parece normal que valga cualquier cosa”, dice. “Si estamos apostando por vender una ciudad abierta al turismo, de nivel, hay que ofrecer locales y establecimientos que vayan en esa línea”, plantea. Para Viar, se ha dejado mucha “manga ancha a la hostelería de día”, mientras que la noche bilbaina se ha ido descuidando hasta el punto de que ha terminado “muriendo”. “Una pena”, se lamenta. “Cuando viajo a Londres, Barcelona... donde también tenemos restaurantes, me hablan maravillas de Bilbao; lo bien que se come, lo bonita que es, la gente... Pero todos se quejan de la noche. Está muerta”, insiste. En opinión de Viar, el Ayuntamiento de Bilbao debería tenerlo en cuenta. “Me parece muy importante, al igual que impulsar actividades en la ría, que tienen mucha aceptación”.
Cambio DE ORDENANZA En la misma línea, otro veterano hostelero de la calle García Rivero, con más de tres décadas de experiencia, considera que la ordenanza de hostelería de Bilbao se ha quedado obsoleta. “La realidad actual de Bilbao nada tiene que ver con la de hace cuarenta años. Se han hecho parcheos y cambios puntuales, pero con eso no es suficiente”, apostilla. “El sector ha crecido mucho y todos queremos vivir de esto”, afirma. Considera que las cosas no se han hecho bien y eso es lo que al final ha generado malos rollos entre los diferentes hosteleros. En su opinión también es necesario poner freno al crecimiento desproporcionado que se está dando en el sector de la hostelería de Bilbao “antes de que todo esté tan saturado que ya no tenga solución”, apunta. “Lo que hay ya está. Lo que nos preocupa es cómo va a seguir evolucionando esto”, dice. En Pozas, otro de los profesionales del sector reconoce que hay veces que le da pena ver cómo está la calle. “No hay sitio para nada”, cuenta. “Estamos a tiempo de hacer algo. En el Casco Viejo ya hay un plan. Esperemos que el Ayuntamiento también aplique con urgencia planes que sirvan para ordenar calles como Pozas y para impulsar la hostelería y otros barrios como Zorrotzaurre”, concluye el dueño de un bar en Pozas.