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Ainize, corazón de hierro

La pequeña Ainize, a pesar de que aún no ha cumplido los cuatro años, los hará el próximo 4 de febrero, vivió ayer una jornada inolvidable en la que su pueblo de residencia, Ortuella, se volcó para que mantenga su perenne sonrisa

Ainize, corazón de hierroE. Z.

LA de ayer en Ortuella fue una jornada donde nuevamente quedó claro que la sociedad civil, la del trabajador y el pueblo llano, la que no tiene privilegios más allá de saber que vive solo de su esfuerzo diario, es la última frontera que le queda a la solidaridad. En el campo de fútbol de Ortuella no había ayer fundaciones, ni siquiera obras sociales de entidades bancarias, ni grandes organizaciones solidarias, como cuestionaron algunos asistentes. Allí solo había ciudadanos anónimos que dejaron atrás la pereza de madrugar en un día de descanso y asueto para apoyar a una niña, Ainize, cuyo destino depende de lograr una alternativa a la cirugía para controlar el “tumor” que sigue el ritmo vital de crecimiento en su cuerpecito, poniendo en riesgo su vida.

Ella no juega al fútbol porque su zaherido cuerpo, que ha soportado ya varias operaciones -la última este pasado lunes- para retirarle una sonda nasogástrica, no le permiten ni siquiera acudir al colegio para jugar con sus compañeros. Pero ayer marcó el mejor gol de la temporada en un encuentro en el que ella fue la gran protagonista. “¡Cuanta gente hay!”, era la expresión que salía de la boca de Ainize cuando, a los sones del txistu del grupo de danzas de Urioste, la segunda de dos hijos del matrimonio de Ortzi y Maira se encaminaba hacia el centro del rectángulo de juego, atravesando un pasillo formado por todos los jugadores de los clubs que ayer por la mañana se dieron cita en el campo municipal de fútbol de Ortuella para solventar sus encuentros de la liga escolar de fútbol.

“Aún está convaleciente de la operación que le hicieron este lunes en el Hospital de Cruces para retirarle la sonda nasogástrica y practicarle una gastroctomía que le permita una mejor calidad de vida. Y a pesar de que salió el jueves del hospital, ella no quería perderse este acto tan importante para ella y para nosotros”, relataba a DEIA su madre, Maira, quien llevada por la emoción de la jornada, desapareció en la grada del campo ortuellarra para ceder el protagonismo a la pequeña Ainize.

Abrumada “Con tanta gente aplaudiendo, saludándola y fotografiándola está un poco sobrepasada, abrumada, pero su carácter alegre le ha permitido sobrellevarlo, aunque en varias ocasiones me ha dicho que había mucha gente, como si no supiera porque estaban allí”, comentaba su aita, Ortzi, quien contagiado con la sonrisa de esos 13 kilos de ilusión y alegría que rellenan el cuerpo de Ainize, hizo de guía para la niña durante los actos programados por el C.D. Ortuella en colaboración con el Ayuntamiento minero. “Esto no tiene nombre, es una pasada”, coincidían en señalar Ortzi y Maira al comprobar la gran respuesta que tuvo la convocatoria efectuada por el C.D. Ortuella de la mano del entrenador, Javier Rincón, a quien la familia de la niña le entregó una placa de agradecimiento por su entrega a la causa de Ainize. “Ya eres uno más de la familia”, rezaba el texto que recibió el homenajeado de la mano de la familia Zorrilla-Mata.

Aurresku de honor Los actos del homenaje a Ainize comenzaron hacia las 13.30 horas con un pasillo de honor de los niños del fútbol escolar que recibió a la pequeña ortuellarra -que el próximo día 4 de febrero cumplirá cuatro años-, quien iba acompañada por el grupo de dantzas de Urioste. Al final del pasillo, los dantzaris ejecutaron varias piezas del folklore vasco que remataron con un aurresku de honor a la serenidad y la templanza de esta pequeña que consigue salir adelante pese a su compleja dolencia.

“Para nosotros ha sido una gran alivio que le retiraran la sonda nasogástrica ya que como la llevaba desde hace mucho tiempo los médicos nos alertaron de que cabía el riesgo de que le generase otitis o incluso problemas en la audición”, relataba a DEIA Maira, la madre de esta niña cuya sonrisa limpia y contagiosa contrasta con la dureza de los tratamientos que ha padecido desde que apenas tenía quince meses de edad. “En Cruces le diagnosticaron un tumor quístico cerebral junto con hidrocefalia activa, lo que la ha llevado a pasar por el quirófano para extirparle parte del tumor cerebral. Su dolencia no permite, según nos dicen los médicos, que se le pueda extirpar de manera total por lo que nuestra lucha consiste ahora en buscar una segunda opinión en algún otro centro hospitalario e intentar encontrar una solución medicamentosa o alternativa a la cirugía, ya que de momento es la única medida que contemplan en el caso de que el tumor se regenere y crezca”, señala Maira, quien ayer, debido a la emoción de ver a tanta gente arropando a su hija no pudo sino refugiarse de incógnito en la grada del campo acompañada de su madre.

No obstante, confesó que ello no le impidió seguir el desarrollo del homenaje a su hija, que contó con la animación de la batukada Zugasti del barrio trapagarandarra de Ugarte y se completó con el saque de honor del último partido de fútbol escolar que se disputó ayer sábado.

Recaudación “Simplemente nos queda agradecer a todo el mundo la atención que están teniendo con Ainize y con nosotros”, resumía el aita, Ortzi, quien aseguró sentirse desbordado por la respuesta popular, no solo de Ortuella si no de otras localidades. Una respuesta que ayer se tradujo en la recaudación de cerca de 2.000 euros con la venta de entradas al campo de fútbol a los que habrá que sumar las cantidades que se han recogido en las huchas repartidas entre clubs de fútbol de Bizkaia y de Araba, como el C. D. Erandio, que ayer envió a varios “embajadores” con las dos huchas dispuestas en el campo de la localidad de Eskuinaldea. “No hemos tenido tiempo de contabilizar lo que se haya recaudado en esas cerca de 70 huchas repartidas entre los clubs”, aseguraron a DEIA desde el club minero. A la espera de esta recaudación, que sin duda se acrecentará con varios eventos que ya están organizando diferentes entidades culturales y deportivas, la de ayer fue una jornada inolvidable para Ainize, quien recibió varios presentes, aunque como comentó el mejor regalo fue el beso de su hermano Kevin, “su gran protector”, según Ortzi y Maira.