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Mikel Jauregui expone sus poemas-objeto hechos en las paredes del local Vía de Fuga de la calle Gordoniz

Mikel Jauregui expone sus poemas-objeto hechos en las paredes del local Vía de Fuga de la calle Gordoniz

EL que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo”. (Gustavo Adolfo Bécquer).

Se diría que la leyenda que encabeza esta crónica de bar, que debiera haberse escrito sobre una mesa de mármol, con una cerveza en la mano y un bolígrafo en la otra, la escribió el bueno de Gustavo Adolfo para gente como él, para creadores como de Mikel Jauregui, capaces de sacarse eso: todo un universo de la manga a base de hazadones de imaginación. “Es la demostración de que cualquiera puede”, decía ayer ahí mismo, junto a la barra de un bar, Vía de Fuga. Allí han colgado doce de sus creaciones, de sus poemas-objeto que están hechos con materiales que recolecta en horas de paseo. En los muros del local lo mismo nada un pez hecho con maderas que trajo la marea y piedras recolectadas en Cerdeña que una creación titulada Judas (doce garbanzos, uno de ellos negro...), ganador del XI Premio de Poesía Experimental de Badajoz en 2012 o un retrato hecho con una piedra, un palo, un caracol y una lapa. Hablando de estas creaciones, el propio Mikel recordaba una de sus viejas creaciones en la que cogía una hojas de chopo y, tras pedirle a una de sus hijas que le estampase un beso, titulase la creación algo así como La ternura del viento. Ya ven cómo encajan las palabras de Gustavo Adolfo en la bulliciosa cabeza de Mikel.

arte y empanadillas Es hermoso el juego propuesto por el artista y fue bella, también, la respuesta de sus amigos y de la gente apasionada con esta suerte de imágenes. La buena gente del local, de Vía de Fuga, alegró la tarde de los presentes con un suculento surtido de pizzas y empanadillas de aires caseros. Entre los presentes se encontraban el artista Txema Elexpuru, Enrique Bediaga, Alex Oviedo, Iñaki Zubiaur, Javier Bediaga, Carlos Oleagagoitia, Josune Zuazo, Mari Carmen San Martín, Aranzazu Bóveda, Mari Carmen Zarate o Inés Jauregui, una de las hijas de Mikel que se encargó de llevar las riendas de la tarde, Begoña Velasco, Javier Martínez, Aitor Etxebarria, Roberto Vitoria, Beatriz Quintanilla y un buen número de invitados que, como dicen las palabras de presentación de la exposición, disfrutaron de la mirada “que encuentra algo distinto en lo corriente, algo nuevo en lo cotidiano”.

Sigue la presentación con su mensaje, sigue advirtiéndonos que Mikel está “dotado de una alta sensibilidad” con la que logra despertar “la sorpresa, la sonrisa, la ternura, la belleza...”. Lo leyeron, además de los presentes, Ana Peña, Mari Mar Ruiz Soroa, María José Beristain, Yolanda Cangas, Isabel Madariaga, Francisco Muguruza, José Luis Igartua y un buen número de asistentes que se sumaron a un encuentro singular y llamativo.

Hablaba al comienzo de Bécquer pero también el mismísimo Albert Einstein nos recordó que si lo puedes imaginar, lo puedes lograr. Si lo puedes imaginar, lo puedes crear. Con las manos de la creatividad Mikel ha esculpido un trabajo fabuloso que desde ayer está a la vista del gran público. Todo un goce para los sentidos.