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Agiri repasa la historia de 10 monumentos megalíticos hallados en Busturialdea

Arqueólogos editan una guía sobre los dólmenes, túmulos y menhires hallados

Agiri repasa la historia de 10 monumentos megalíticos hallados en BusturialdeaAgirii

Gernika-Lumo - El catálogo megalítico de Urdaibai, que ha sido desenterrado durante los últimos años por los arqueólogos, consta de diez monumentos. Así lo apunta una guía, editada por Agiri Arkeologia Taldea, que resume que la Reserva de la Biosfera alberga cinco dólmenes, cuatro túmulos y un menhir. Agrupados sobre todo en la margen izquierda de la ría, y específicamente en los cordales de Sollube y Katillotxu, en Bermeo y Mundaka, el colectivo ha sacado a la luz estas joyas patrimoniales prehistóricas -hasta hace bien poco escondidas a los ojos del hombre- que se construyeron hace ahora seis milenios.

Construcciones monumentales, que en la gran mayoría de los casos servían de panteones funerarios, los megalitos hallados en Urdaibai están situados entre los 300 y 550 metros de altitud, según desvela la publicación. Nueve son los monumentos de carácter sepulcral “entre los 18 y los 10 metros de diámetro”. No obstante, dos han sido los puntos excavados en los que se han hallado evidencias de haber albergado una cámara sepulcral. Se trata de los denominados Katillotxu I y Katillotxu V, ambos situados en el monte mundakarra. Agiri barrunta que Sollubeko Iturria -en Bermeo- también fuera uno, junto a Munjozuri -ubicado entre Nabarniz y Ereño- y la actualmente destruida Añabusti, en Busturia.

Esa misma localidad cuenta con el único menhir, el de Sorbituaga-Arriatara, que fue restaurado en 2012. “Siete de los monumentos megalíticos están sin excavar“, han apuntado desde un colectivo que augura que la reserva de la Biosfera podría albergar emplazamientos similares que aún no han sido localizados.

Además, en el entorno de los dólmenes los investigadores han hallado “un buen número de evidencias líticas superficiales que revelan la existencia de lugares de hábitat, posiblemente estacionales y relacionados con monumentos megalíticos” que pudo construir el ser humano hace seis milenios. Tanto es así que algunos emplazamientos en Katillotxu tuvieron “un uso funerario durante más de dos milenios, entre comienzos del IV milenio y el II milenio antes de Cristo”, entre el Neolítico y la Edad de Bronce. No obstante, y aunque se ha recuperado multitud de piezas talladas en sílex junto a dólmenes decorados, la acidez del suelo ha desembocado en una ausencia de restos humanos, lo que ha dificultado la labor de los arqueólogos a la hora de descubrir los ritos funerarios que fueron practicados.

Conocido por “megalitistas de primer orden en el Estado, que lo citan y lo mencionan”, el yacimiento mundakarra es uno de los más importantes de la franja cantábrica. La estación megalítica de Katillotxu ha sido la zona más analizada por los miembros de Agiri, que los han excavado en diversas campañas entre 2004 y 2008. Y es que engloba un conjunto arqueológico compuesto por cinco dólmenes y dos asentamientos al aire libre que ha sido desenterrado en diferentes campañas de excavación. “Hemos podido estudiar, activar un plan de conservación y posteriormente difundirlo a nivel científico, pero también para el público en general”. No en vano, existen dos rutas megalíticas a pie -Katillotxu y Sollube- que permiten conocer los secretos de los monumentos.