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El proyecto de frigoríficos solidarios empieza a expandirse por el Estado

El proyecto solidario que álvaro saiz trajo a euskadi empieza a expandirse por el estado con el fin de evitar el despilfarro de alimentos

El proyecto de frigoríficos solidarios empieza a expandirse por el EstadoDEIA

aUNQUE la idea tenía un recorrido previo en Alemania, el proyecto de las neveras solidarias se asocia hoy con el municipio de Galdakao y desde allí se exporta al mundo. El principal responsable de que esto ocurra es Álvaro Saiz, que impulsó un primer frigorífico de este tipo en el municipio y ha visto cómo ha ido creciendo el proyecto. Hoy el modelo de nevera solidaria galdakoztarra, caracterizado por la seriedad del proyecto, se ha comenzado a expandir por el Estado y pronto llegará a Italia, Polonia o México.

El boom de la nevera solidaria se empezó a fraguar a finales del mes de abril, cuando DEIA dio cuenta por primera vez de un proyecto que estaba a punto de llegar a Galdakao. En unas semanas la noticia llegaba a varios medios de todo el Estado e incluso el diario británico The Guardian se hacía eco de la notica. Este pequeño proyecto, impulsado en colaboración con el Ayuntamiento, comenzó a hacerse cada vez mayor.

“La página de Facebook recibió miles de visitas en un día y la noticia comenzó a expandirse. A partir de ahí, nos llamaron desde diferentes países para interesarse por el proyecto”, indica Álvaro Saiz, que también es el fundador de Galdakaoko Boluntarioen Giza Elkartea (GBGE). El objetivo fundamental del proyecto es acabar con el despilfarro de alimentos, ya que una tercera parte de los que se producen en el planeta se terminan desperdiciando. La proporción es mayor en los países desarrollados. La filosofía es simple: rescatar parte de los alimentos en buen estado que iban a ir a la basura y favorecer que otra persona los aproveche; si son personas con necesidad, mejor. “No vigilamos quien coge los alimentos y no tienen por qué ser estrictamente personas con necesidad. El objetivo es evitar que alimentos que están bien vayan a la basura”, indica.

El modelo de nevera solidaria impulsado por Álvaro Saiz sigue unos planteamientos muy concretos con el objetivo de que el proyecto funcione y no sea flor de un día: “Funcionamos con unas normas y una base legal. Hemos conseguido que se pueda recoger también comida cocinada, algo que en las neveras de Berlín no lograron. Esto abre la posibilidad a recuperar decenas de miles de kilos en toda Europa, ya que la normativa es europea. El nombre de nevera solidaria está en el registro de marcas y patentes. Queremos crear una red de neveras y para eso necesitamos que las instituciones vean un proyecto fiable. A los técnicos de la Generalitat, por ejemplo, les ha encantado el proyecto”.

A día de hoy esta iniciativa cuenta con dos neveras en Galdakao y con otras en Gasteiz, Murcia o Quero (Toledo), además de las que se pondrán en marcha de manera inminente: en el campus de la UPV/EHU en Leioa, en Madrid, Valencia, Girona, México, Italia o Polonia. La que mejor funciona, en Galdakao, rescata hasta 300 kilos de comida al mes.

El proyecto es puramente altruista y su impulsor no ha visto un euro a pesar de este éxito. Las neveras sí le han quitado muchas horas de sueño, aunque si alguien podía encarrilar esta iniciativa era Álvaro Saiz, una persona capaz de viajar hasta Mongolia en una furgoneta llena de peluches para los niños más vulnerables. Hace tres años decidió dedicarse exclusivamente “a ayudar a los demás” y, en definitiva, a cambiar el mundo en la medida de sus posibilidades, que se ha visto que no son pocas. A día de hoy impulsa también recogidas de alimentos en Galdakao o un centro de día en Ulan Bator. “No sé cuanto tiempo seguiré porque lo puedo hacer gracias a mi familia, pero sí sé que es lo que mejor se me da”, concluye.