EN uno de ellos puede caber tanta inspiración creativa como en un cuadro de múltiples matices y virtuosos giros. Sus pinceladas entran en los ojos y se graban en la memoria como un tatuaje queda imprimido en la piel. Sus letras comprimen de manera eficaz el mensaje que puede lanzar cualquier titular o aquel que se sustrae de una novela, tras cientos de páginas de literatura, a modo de moraleja o conclusión. El cartel es esa pequeña obra de arte.

Pero, sobre todo, el cartel es una huella histórica. Es la marca de una época. Es el tinte de un acontecimiento. La suma de carteles es un arcoíris del tiempo. Y, en concreto, los que cuelgan de las paredes de la Sala BBK del Museo de Bellas Artes de Bilbao son un recorrido turístico, taurino, comercial, deportivo, político, bélico, de ferias, exposiciones y congresos, y de cultura y entretenimiento, con inicio en 1886 y conclusión en 1975. Más de 200 piezas del extenso y poco conocido fondo de carteles antiguos de la pinacoteca decoran la galería del corazón de la capital vizcaina.

Y otra de las caras del cartel es la publicitaria, la persuasiva. Es la faceta más pícara, la que pretende vender y convencer. Y, precisamente, seducidos por la belleza de esta colección, denominada Mensajes desde la pared, quedaron ayer la consejera de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno vasco, Cristina Uriarte; la diputada de Cultura y Euskera, Lorea Bilbao; y el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto. El primer edil bilbaino se fijó en el pasado de la villa retratado en el color arena de los carteles de las corridas de toros y en la marca distintiva de Donostia, en el azul que ha caracterizado su viaje por los años, gracias a la playa de La Concha. Todos ellos, además del director del Bellas Artes, Javier Viar, y el director de la Fundación BBK, Gorka Martínez, pudieron conocer los detalles de la exposición de primera mano, de la voz de Mikel Bilbao. El profesor del Departamento de Historia del Arte y Música de la Universidad del País Vasco es el comisario de esta muestra multicolor.

Internacional Pero Marilyn Monroe, el final de la Segunda Guerra Mundial, los Beatles o Moulin Rouge también cuelgan del Bellas Artes. Lo saben bien el fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro; el exalcalde de Bilbao, Ibon Areso; el diputado de Transportes, Movilidad y Cohesión Territorial, Vicente Reyes; el subdelegado del gobierno español en Bizkaia, Ignacio Erice; y el director general del Palacio Euskalduna, Jon Ortuzar. Ellos también asistieron al descorche de esta colección, al igual que Beatriz Marcos, Julia Diéguez, José Luis Neyro, Elsa Leal, Aintzane Martínez de Luna, Joseba Egaña, Ángel Hernández, Maite Garay, Teresa Arenas, Susana Francia, Begoña Zubieta, Ricardo Gutiérrez, Pili Díez, Pepa Aspilche, Manu Díez, Lorena Ramón, Estibaliz Manso, Susana López, Gorka Aspiazu, Ibon Garagarza, Txema Galíndez, Ainhoa Aguirre, María Luisa Fernández y Nagore Ibarretxe, entre otros.