Urduliz - La cantinela de que los jóvenes de hoy en día no tienen más apuestas de ocio para pasar su tiempo libre que el botellón, no es más que eso, una frase que se repite una y otra vez con insistencia sin llegar a profundizar nunca en el problema. Porque ofrecer soluciones al ocio juvenil es lo complicado. Sin embargo, el Ayuntamiento de Urduliz apostó el año pasado por una política diferente que está dando sus frutos. Primero escuchó a los jóvenes de la localidad y les ofreció la posibilidad de ser partícipes de su propio destino. Después construyó en base a las sugerencias de más de sesenta jóvenes un espacio en la plaza ubicada en la calle Eleizalde que se ha convertido, apenas un año después de su inauguración -el 20 de septiembre de 2014-, en un referente del ocio y esparcimiento juvenil en el municipio. Utilizado antaño como colegio, en los últimos años ha sido sede de numerosos talleres municipales y ahora sigue prestando un gran servicio a la comunidad.

Con una inversión de 514.000 euros, se trata de un edificio multifuncional y flexible que cuenta con tres plantas, ocupando el gazteleku la primera de ellas. Precisamente, de esa manera se consigue guardar un espacio para que pueda ser utilizado por distintos colectivos de la localidad.

Sin duda, ofrece una serie de alternativas para los jóvenes del municipio, especialmente útiles cuando llega el invierno, un periodo de tiempo que limita al máximo las posibilidades de disfrutar de actividades al aire libre en Euskadi.

Así el local está dividido en cuatro grandes estancias: una para lo relacionado con la tecnología -videoconsolas, ordenadores, música...-, otra para juegos de mesa y lectura -libros, cartas, damas, monopoli...-, otra para desarrollar juegos en grupo -ping-pong, billar, futbolín...- y por último hay una zona multiusos donde poder realizar actividades especiales como talleres, cine, danza, etc. Además, cuenta en su fachada frontal con un rocódromo para escalar.

Proceso Convertir en realidad el proyecto del Consistorio urduliztarra conllevó quemar una serie de etapas en las que el consenso y la participación ciudadana fueron claves. En este sentido, las características del gazteleku están definidas en gran medida gracias a la implicación de la juventud urduliztarra a lo largo de todo el proceso. Primero, el Ayuntamiento impulsó el proceso de participación con decenas de jóvenes que aportaron sus propuestas sobre cómo querían que fuera el gazteleku y, después, esas propuestas se recogieron en un documento y se entregaron al equipo de arquitectos que trabajó en el proyecto, para tenerlas en cuenta a la hora de diseñarlo. Una vez realizado el primer diseño se convocó de nuevo a los jóvenes para mostrarles la propuesta y hablar sobre la gestión del local, los posibles horarios de utilización, etc. Asimismo, unos días antes de la inauguración se realizaron sendas visitas guiadas por parte de las familias el primer día, y de los jóvenes el segundo para mostrarles el centro y concretar su puesta en marcha. “El gazteleku de Urduliz quiere ser más que un punto de encuentro para ti, quiere ser un espacio donde puedas compartir experiencias y llevar a cabo tus propios proyectos”, instó por aquel entonces el alcalde de Urduliz, Javier Bilbao, a los jóvenes usuarios. Apenas 365 días después, es una realidad y un referente en la localidad.