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“Sin dudar de lo que ya se ha hecho, hay ordenanzas que deben ser cambiadas”

“Sin dudar de lo que ya se ha hecho, hay ordenanzas que deben ser cambiadas”J.M. MARTÍNEZ

BILBAO - Su estilo se caracteriza por el rigor y su carácter se basa en la cercanía. Pero esto se adereza con grandes dosis de trabajo. En campaña se cansó de repetir a los vecinos que su proyecto se basaba en hechos y ya ha presentado una hoja de ruta que parece un maratón de iniciativas, pero que él asegura que es una línea de trabajo, no un sprint a meta. En poco tiempo, el nuevo alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ha conseguido conocer la ciudad y sus entresijos; esto le permitirá, sin que le pese la herencia recibida ni la cuestione, buscar soluciones nuevas a problemas que tiene la ciudad como pueden ser la hostelería o los centros de culto.

Hace prácticamente un mes que es alcalde de Bilbao. ¿Cuáles son sus primeras impresiones?

-Realmente es algo diferente a los otros cargos que me ha tocado desempeñar en mi trayectoria profesional. La intensidad del trabajo es muy importante, al igual que la cercanía al problema, y eso hace para mí, que quiero ser trabajador y cercano, que el problema esté muchas veces muy cerca de la solución. La gente se puede acercar, transmitir una cuestión y podemos darle una solución. Es verdad que uno es alcalde las 24 horas del día.

En el primer pleno marcó un estilo propio, muy riguroso, ¿fue premeditado?

-Evidentemente, nosotros habíamos preparado el pleno y entre Mikel Álvarez que iba a ejercer de portavoz y yo, nos repartimos las intervenciones para fijar la postura más clara del equipo. Pero no es un estilo premeditado, es mi manera de trabajar, con rigor. Es muy importante el respeto institucional y en ese sentido no podemos permitir determinadas licenciadas detrás de las cuales hay conculcación de valores, máxime cuando no son ciertos. Hablar de sospechas o irregularidades es muy poco serio, sobre todo cuando no se pone encima de la mesa la fundamentación. Si queremos que el Ayuntamiento sea cercano, es importante que la ciudadanía pueda confiar.

La primera sesión abordó la subida de sueldos, un tema poco popular. ¿Cree que la gente que lo está pasando mal entiende los sueldos de los políticos, aunque sean honestos?

-Creo que seguramente hay dos tipos de percepciones. Gente que lo esté pasando muy mal que no entienda este tipo de planteamientos o los salarios que podamos percibir y que entiende que cualquier futbolista tiene sueldos desorbitados. Y otra percepción de gente que piensa que nuestros sueldos son muy normales. Seguramente, entre una cosa y la otra, hay una cuestión que es muy importante: ¿qué es lo que hay que detrás de esta discusión y por qué ese debate se ha vuelto una parte nuclear en estos momentos? Pues porque lo que se debate es si la política merece la pena. Y es ahí donde digo que es un trabajo digno. Somos gente que vamos a dedicarnos en cuerpo y alma y que vamos a trabajar sin descanso y que, desde ese punto de vista, nos vamos a ganar el sueldo. Por otro lado, no hemos cambiado los salarios, incluso hace unos años se bajaron. Entre todos debiéramos intentar que este tema no fuera el objeto principal de discusión, sino cómo estamos haciendo las cosas. Ahí quiero que resida el debate y ganarme la confianza de la ciudadanía juzgando lo que hacemos y si nos ganamos el salario.

El Partido Socialista ha conseguido áreas para todos sus concejales y un segundo teniente de alcalde. ¿Cree que han sido demasiado generosos o era lo justo?

-Una negociación es siempre complicada. El PNV tenía el apoyo de 13 concejales y los siguientes estaban con cuatro ediles. La distancia era muy grande y seguramente podíamos haber gobernado en solitario, pero no es menos cierto que hubiera sido un gobierno más inestable. Desde un primer momento quisimos apostar por un gobierno que fuera muy fuerte y muy estable hacia dentro y hacia fuera. Sabemos que estamos en un momento en el que vemos amanecer una salida de la crisis. Y creemos que es muy importante dar una imagen de estabilidad, certidumbre y confianza. Y creemos que con ese pacto Bilbao ofrece esa imagen de estabilidad, nos está llegando esa percepción desde ámbitos económicos. Por eso, hemos sido todos generosos, pero sobre todo con Bilbao.

Ha presentado ya las acciones de los 100 primeros días. Según mis cálculos, casi se podría decir que cada día van a poner en marcha un proyecto. No van a tener tiempo de coger vacaciones.

-Ese es un poco el estilo que queremos marcar. Compromiso con la ciudadanía, claro, trasladarle también transparencia y ser un equipo que se destaque por ser trabajador para los intereses de Bilbao. Son 72 compromisos concretos, espero que sean más. Y dentro de cien días serán evaluables. La ciudadanía podrá saber si se han cumplido o no y estaremos tejiendo una relación con los ciudadanos. Pero, sí, cogeremos unos días de vacaciones porque venimos de una campaña intensa y de desempeñar otros cargos y es bueno desconectar. No hay que dramatizar

Lo primero que va a hacer el diputado general, Unai Rementeria, es aprobar un código ético. Usted también lo tiene en previsión. ¿En qué va a consistir?

-Lo primero es felicitar a Unai Rementeria, Zorionak! por esa legislatura que empieza al frente de la institución vizcaina, donde espero que podamos seguir colaborando como hasta ahora. A partir de ahí, decir que el código quiere ser un compromiso con la ciudadanía, de valores, de estilos, donde pongamos en valor la honestidad, la honradez... que la gente sepa cómo vas a actuar y que nunca se mezclen los intereses personales con los colectivos; que siempre esté por encima el interés de la ciudadanía.

Al que no cumpla...

-El que se aparte de ese código de conducta no tiene cabida en este equipo, le invitaríamos a abandonar. No caben medias tintas, vamos a ser rotundos porque nos estamos jugando la confianza de la gente.

Por decirlo de alguna forma ¿quién controlará al controlador?

-No habrá un órgano externo, seguiremos las pautas marcadas por Eudel y creemos que entre nosotros será suficiente.

¿Termibus será la primera adjudicación del mandato? ¿Qué empresa la pondrá en marcha?

-Ya hemos hecho unas cuantas adjudicaciones pequeñitas; pero seguramente va a ser la primera adjudicación importante. La licitación ya se llevó a cabo por parte de la anterior corporación y, en las próximas semanas, nosotros adoptaremos una decisión para este Bilbao del futuro donde además tenemos que actuar con una cierta celeridad . Para 2017 tendríamos que licitar la última de las parcelas de Garellano, que sería temporalmente ocupada por la estación de autobuses; por lo que en 2017 tendría que estar concluida. Ahora, estamos analizando qué empresa tiene el proyecto que mejor se adapta.

Y la primera inauguración ¿será la apertura del puente peatonal de Gehry?

-Será un hito de ese nuevo Bilbao que se abre en Zorrotzaurre. Ya hay realidades en esta zona como el hecho de que esté Idom, pero la apertura del puente de Gehry es la visualización de la isla. Es verdad que todavía será el puente en seco porque todavía no se ha producido la excavación del canal, pero es un signo de la modernidad de Bilbao y del futuro. Confiamos en que a finales de este mes podamos abrir ese puente.

Sobre temas más concretos, ha dicho que va a impulsar un proceso de reflexión sobre la regulación de los centros de culto. ¿Puede haber una modificación de la ordenanza?

-Lo que hay es una sentencia que estableció que el proceso de participación para llegar a la decisión que se adoptó no había sido el adecuado. Lo que he percibido, también en los responsables municipales, es que aquel proceso no fue satisfactorio. Ante esa situación, nosotros queremos abrir un proceso participativo, en un momento en el que hay tranquilidad en esa cuestión. Y es algo que podemos hacer en estos cien días. He mantenido ya algún contacto y percibo que la decisión que se adoptó no satisface, por eso la revisaremos y fruto de ese proceso, sin una posición de prejuicio, adoptaremos la decisión que sea más de consenso teniendo en cuenta todos los intereses, y que Bilbao, como la mayoría de las ciudades, es plural y diversa.

Otro de los temas pendientes atañe a la hostelería. Ha dicho que quiere una regulación equilibrada de la actividad hostelera. ¿Cree que no hay equilbrio ahora?

-En estos momentos, y en una zona que me preocupa que es el Casco Viejo, se está invirtiendo el peso relativo entre comercio y hostelería claramente a favor de la hostelería. Este tema nos preocupa. La pasada semana me reuní con representantes de la plataforma de comerciantes del Casco Viejo. Entendemos que la Plaza Nueva o la Plaza Unamuno sean ámbitos fundamentalmente hosteleros, no me preocupa en exceso, ya ocurre en otros lugares. Si vamos a la Plaza Mayor de Salamanca fundamentalmente hay hostelería.

¿Entonces?

-Me preocupa que las radiales del Casco Viejo pierdan su carácter comercial, por eso tenemos que diseñar una actuación tanto en la hostelería como en el comercio que sea de un doble tipo: el tradicional de toda la vida de venir a comprar determinados productos y también un comercio innovador. Y también hay que distinguir una doble función del comercio. Ese comercio que da servicio a lo local y el que está más destinado a las personas que nos visitan. Con todos estos ingredientes tenemos que ser capaces de tomar decisiones que sirvan para favorecer la calidad y sin olvidar que hay unos terceros interesados que son los vecinos, que también tienen que convivir con estas realidades. Nos seguiremos juntando y en breve intentaremos tomar alguna decisión con respecto a la situación concreta que se está viviendo en el Casco Viejo. Lo haremos desde el liderazgo del gobierno, escuchando a los diversos sectores y salvaguardando la seguridad jurídica. Estamos oyendo muchos cantos de sirena y nosotros vamos a actuar desde el rigor, el diagnóstico que es compartido pero garantizando la seguridad jurídica.

Parece que la decisión ya está tomada.

-Creo que hay que adoptar alguna decisión preventiva temporal con respecto a lo que está ocurriendo en el Casco Viejo, el mismo lunes hubo una reunión con distintas áreas, pero garantizando la seguridad jurídica.

Lo que me queda claro es que a Juan Mari no le van a doler prendas si es necesario cambiar las ordenanzas, ni le va a pesar la herencia que ha recibido.

-No; sin poner en tela de juicio o dudar de lo que se ha hecho, hay ordenanzas que igual hay que cambiar. Ya hemos dicho que la ordenanza de hostelería va a tener un cambio profundo. Hay que mirar qué decisiones hay que adoptar para salvaguardar el Casco Viejo. Debe ser una zona emblemática para Bilbao y, además, tenemos un proyecto para ello; una zona comercial potente y también una zona de hostelería atractiva.

Recuerdo que en campaña electoral un vecino de Rekalde le paró y le apeló a que pusiera en marcha una página web de transparencia. ¿Ha recogido muchas sugerencias de vecinos?

-Se está trabajando en la concejalía que dirige Gotzone Zaldunbide y queremos seguir poniendo en valor que Bilbao es el Ayuntamiento más transparente. Creemos que hay posibilidades de mejora y, sin concretarle ahora, pero tendrá que ver con el seguimiento presupuestario, con los contratos. Creo que son dos ámbitos en los que hay que ahondar.

Y qué me dice de Aste Nagusia, ¿bailará el aurresku a la amatxu?

-Sí, tengo que prepararme con alguien, pero la decisión es seguir la tradición.

Serán sus primeras fiestas como alcalde.

-Quiero que sean unas fiestas con un carácter absolutamente participativo donde haya propuestas para todos los gustos. Me hace mucha ilusión y voy a estar en todos y cada uno de los rincones de Aste Nagusia, disfrutando de los diversos ambientes para también poder hacer una evaluación. Las fiestas de Bilbao no perderán su carácter participativo y, en todo caso, quiero trasladar una tolerancia cero a cualquier tipo de violencia. Que sean unas fiestas de un diez en convivencia.