La propia marcha frenética de la sociedad ha acrecentado las distancias entre niños y ancianos. Parecen dos mundos distintos pero, a fin de cuentas, cada anciano guarda un niño en sus adentros, y estos deben aprender a ver cómo puede ser su futuro, ante qué situaciones pueden encontrarse en el futuro. Por ello, la residencia Barrika Barri de Barrika dentro de sus programas de acción social ha diseñado unas Olimpiadas Intergeneracionales.

Unas actividades que, por un lado, revitalizan a los más mayores con la energía que desprenden y transmiten los pequeños quienes, por otra parte, descubren en estos mayores lo que acarrea la experiencia y, por ende, el paso de los años. A este programa se ha sumado el colegio Askartza Claret de Leioa y sus alumnos de 5ª de Primaria -entre 10 y 11 años- han podido gozar de esta experiencia. Mayores y pequeños compartieron juegos como carreras en silla de ruedas, carreras en andadores, lanzamiento de jabalina, bolos... Todo ello poniendo a los jóvenes las limitaciones de movilidad con las que cuentan los residentes del centro barrikoztarra a consecuencia del inexorable paso del tiempo. “Se trata de poner a los niños en las situaciones que viven los mayores día a día en materia de movilidad, que vean el esfuerzo que deben hacer los mayores en determinados momentos”, señala Idoia Ortiz de Barrón, terapeuta ocupacional de la residencia Barrika Barri.

La experiencia gustó a mayores y jóvenes. Por los patios del centro se podía ver al alumnado del colegio leioarra participar en las pruebas junto a mayores que hacían gala de un gran sentido del humor. Carmen Lazcano estuvo jugando con los pequeños a los bolos. A sus 93 años, hace gala de una cabeza prodigiosa y buen estado físico. “Nos dan mucha vida visitas como esta. Nos transmiten mucha energía y nos ayudan a salir de la rutina”, explicó mientras miraba cómo dos de los jóvenes intentan tirar todos los bolos. “Se crea un ambiente muy bonito, se genera una gran complicidad entre los niños y los mayores”, añadió Idoia.

Alumnos muy satisfechos Todas las actividades que se desarrollan en las Olimpiadas Intergeneracionales son del gusto de los jóvenes. “Nos está gustando muchísimo esta experiencia. Nos sirve para conocer más a los mayores, su situación”, explicaron Eder Pérez y Maider Ramos. “Para nosotros esto supone una gran oportunidad porque también tenemos mayores en nuestro entorno más próximo, esto nos ayuda a entenderles”, indica Eder. Cuando les propusieron llevar a cabo esta actividad, los 52 alumnos de Askar-tza Claret que tomaron parte en esta sesión no dudaron en aceptar. Pero la jornada superó todas las expectativas que se habían marcado antes de tomar parte en estas Olimpiadas Intergeneracionales. “Nos lo hemos pasado mucho mejor de lo que imaginábamos. Nos han tratado muy bien y verles tan contentos nos ha alegrado también a nosotros”, señala Maider.

Con los mayores y pequeños contentos, se puso fin a esta actividad que durante cerca de tres horas utilizó los juegos y la empatía para unir a abuelos y nietos.