Excelencia que vale un galardón
La colegiata de Zenarruza, en Ziortza-Bolibar, acogió los DEIA Hemendik Sariak que reconocen la labor de doce personas y entidades de Busturialdea y Lea Artibai
Sumida en las leyendas, pocos espacios más impactantes hay en Bizkaia que la Colegiata de Zenarruza, en Ziortza-Bolibar. En pleno Camino de Santiago y hogar de una comunidad de monjes cistercienses, el paraje desprende un aura especial. Contagiados por la espectacularidad del entorno doce personas, empresas y entidades, junto a un centenar de asistentes, fueron ayer partícipes de la gala de entrega de los DEIA Hemendik Sariak de Kostaldea.
Reconocer la labor que realizan en favor de las comarcas fue el objetivo de una velada que, conducida por el director de DEIA, Bingen Zupiria, arrancó con las palabras del diputado foral de Presidencia, Unai Rementeria, quién agradeció “la cercanía” que desprenden “unos premiados más que merecidos”. El primer momento emotivo no tardó en llegar, con el tributo al lugar que acogió la gala: Zenarruza y sus monjes, que recibieron un premio de recuerdo de manos de la presidenta de las Juntas Generales, Ana Madariaga.
Metido el turbo ya a la gala, un joven que conoce perfectamente el mundo del motor fue el primer galardonado: Txomin Arana. Ausente al estar en Francia embarcando el material para el Dakar, los responsables del equipo Gor Sports que guía al piloto de motos, fueron quienes agradecieron la distinción en su nombre. De un ámbito bien diferente, pero con una larga trayectoria, la asociación Gora-Buru salió a la palestra por sus 37 años consecutivos llevando a cabo la boda vasca de Lekeitio. Espe Laka, Josune Urkidi, Jaione Arrasate y Bego Dolaraga representaron a un colectivo que aglutina a más de cien personas. Sin dejar Lea Artibai, el siguiente galardonado fue Artibai Futbol Taldea, por sus treinta años fomentando el deporte entre los markinarras. Un nutrido grupo de directivos y jugadores, se aprestaron “a seguir con el trabajo” de cara al futuro. Garantía de gastronomía de calidad, el equipo del restaurante Baserri Maitea, con su capitán, Juan Antonio Zaldua, al frente, fue el siguiente premiado. Otro referente en Busturialdea es Gerniyas, cuyos máximos responsables señalaron la clave del éxito de la firma de venta y posventa de automóviles es “ofrecer calidad”. La música invadió a continuación Zenarruza, con los txistularis de Mundaka, que en lugar de agradecer el galardón con palabras, lo hicieron con una bella melodía. Otros que trabajan en una villa marinera y como cronistas de Ondarroa son Arranondo Kultur Elkartea.
Con la emoción instalada en el evento, la asociación de ayuda a los perjudicados por las crisis en Bermeo, Kate Sarea, se llevó una gran salva de aplausos, tantos como el oncólogo Pedro Ensunza, un referente en la medicina que es la cabeza visible del IMQ, que recibió el Omenaldi Saria para dar paso a otros gernikarras de élite: Bizkaia Gernika KESB. Para el final quedó el emotivo recuerdo a Agustin Barruetabeña, “un hombre querido” en una Ziortza-Bolibar a cuya cultura y desarrollo dio su vida. Su viuda, Emilia Gerrikabeitia, glosó la figura de un hombre “indispensable”.
Junto a Itziar Epalza, Itziar Garamendi y Miren Josune Ariztondo, también estuvieron presentes en la gala Santiago Canales, de Igurco; Ekain Loizaga, de Ferrovial Servicios; Manu Tejada, director gerente del Consorcio de Transportes de Bizkaia; Mitxel Duñabeitia, del IMQ; Idoia Sagastizabal, Juan Félix Naberan, Jane Eyre Urkiaga e Iñigo Ansola, director general de URA. Les acompañó un nutrido grupo de alcaldes de las comarcas y la familia de DEIA: Javier Andrés, director general de Editorial Iparraguirre; Kike Hermosilla, director comercial; Jon Goikoetxea, director de Marketing; Josu Molinos y Ana Rementeria, del departamento comercial de DEIA, y Joana Pérez.