Inauguración de RTD peluqueros (Roberto del Toro) en el primero derecha del número 7 de la calle García Rivero

ELLOS y ellas, quienes trabajan con tijeras, tintes de intrépidos colores e incluso con gelatinas (es un nuevo hallazgo que impide que los pelos se encrespen con la humedad...) reconocen el poder de una buena cabeza para lucir una obra de peluquería, aunque sean capaces de obrar eso que los más osados han llamado milagros de peluquería. Ese es el oficio de Roberto del Toro, quien ayer inauguró el primer salón de su vida en el número 7 de García Rivero, tras más de 15 años de faenaje en la peluquería de Yolanda Aberasturi. El local se llama RTD, un nombre con resonancia a emisora de radio estadounidense. Y desde allí transmiten las últimas tendencias, que son muchas y variadas. Para ellas, dice Roberto, que se formó en la academia Armengol, se llevan las capas y los flequillos largos, los peinados retro que pasan por los años 20, los 40, los 50 o los finales de los 80, incluso la fusión de varios estilos. Para ellos ha llegado la revolución: el aire barroco del siglo XVIII, los pelos largos y las barbas de la misma dimensión.

Ayer acompañaron a este hombre audaz -hay que serlo para abrir hoy un negocio...- gente como Maider y Mónica Otaola, Garbiñe Badiola, Begoña Guitérrez. Rebeca López, Izaskun Alonso, Manuel Domínguez, Izaskun Lorente, Iván Carreira, Hegoa Ofaeta, Iván Acedo, Luis Miguel, Xabier López, Javier Henales, Saioa López y un sinfín de compañeros del oficio y clientela que le empujan a Roberto hacia un porvenir rosado. Lleva 23 años en el oficio, así que algo sabrá.