LA tranquila y luminosa jornada que se vivió ayer en Sestao contrastaba vivamente con lo acaecido durante la cerrada noche del sábado y la madrugada de este soleado domingo. No en vano, Sestao vivió ayer la continuación del apocalíptico Z-Day (Zombie Day) que el pasado mes de julio azotó la localidad de Barakaldo durante la celebración del Euskal Encounter. Parecía que la plaga de zombies había sido exterminada en la otra orilla del Galindo pero ayer, ayudados por la oscuridad, una horda de zombies que escapó de la localidad fabril y llegó a Sestao sembró durante horas el pánico entre los habitantes y los visitantes que, hacia las once y media de la noche, se encontraban en las calles apurando la fiesta.

En esos momentos, varias decenas de zombies -más de 200 según algunas fuentes- aparecieron de improviso desde el colegio de La Salle de la Gran Vía sestaoarra intentando atacar a los transeúntes que por allí había. Una mujer, a la que literalmente devoraron ante los atónitos ojos de los ciudadanos, fue la primera víctima de esta hecatombe que tuvo en jaque a los supervivientes de este ataque zombie hasta las 07.00 horas de la mañana, momento en la que un nutrido grupo de personas alcanzaba el muelle de La Benedicta y se ponía definitivamente a salvo en una embarcación de la agrupación de Boteros de Portugalete.

Como la mujer, muchas fueron las personas infectadas a lo largo de la madrugada mientras iban huyendo de los zombies hacia el extrarradio de la localidad. Vega Galindo, Markonzaga, Las Camporras, Simondrogas, la zona de La Punta o el polígono industrial de La Naval fueron algunos de los escenarios donde los supervivientes -llegaron a juntarse inicialmente en torno a 300 divididos en una docena de grupos- fueron pertechándose de recursos de supervivencia para hacer frente a sus perseguidores.

Resistencia A favor de estos atribulados ciudadanos jugó el hecho de que poco después de conocerse el estallido zombi, surgió un importante grupo de resistencia formada por gente que había sobrevivido al holocausto barakaldarra y poseía armas y estrategias para hacerles frente con éxito. De hecho, contaban con varios vehículos especiales como un hammer y varios vehículos todoterreno que iban fuertemente armados y provistos con estaciones móviles de telecomunicaciones para poder controlar el avance de los zombis por la ciudad. Además, contaban con un enorme camión tipo Dakar con el que aprovisionar a los ciudadanos en su huida. Claro que para llegar a esos aprovisionamientos los supervivientes debían resolver enigmas y seguir pistas que solo un humano podría llevar a cabo.

En contra, sin embargo, los participantes en este real game en vivo tenían a los agentes de la compañía Genoma, que a decir de la resistencia “son los responsables de la creación del virus y su expansión”.

“Lo malo de este cuerpo es que está mejor equipado que nosotros y con mayores recursos y, además, no les preocupaba matar a inocentes o a zombies”, denunciaban desde la resistencia. Ello generaba un grave problema ya que en las refriegas muchos civiles caían junto a los zombies y se infectaban por lo que al ser retirados al frontón de la localidad revivían nuevamente como zombies y se sumaban a la horda de perseguidores.

Poco a poco, la madrugada avanzaba y los zombies -muchos de ellos ciudadanos infectados en la huida- iban cayendo abatidos de manera definitiva por las balas de la resistencia y de Genoma. Para los supervivientes, la meta era llegar a la dársena de La Benedicta donde, según les habían dicho desde la resistencia, esperaba un barco que les recogería al alba.

Por fin hacia las 06.00 de la mañana la embarcación “Euskal Herria” de la agrupación de boteros de Portugalete amarraba en la dársena y recogía a 25 supervivientes de cinco grupos diferentes, aunque siempre quedaba la esperanza de que algunos más hubieran podido ocultarse y salvar la vida. Esa esperanza es la que hizo que el barco, que inició rumbo a Santurtzi para escapar de la masacre, diese media vuelta hacia Sestao media hora después, ya que la gente de abordo estaba preocupada por el destino de sus amigos de infortunio.

ROL EN VIVO

Las dudas se disiparon cuando al llegar al frontón de Las Llanas, pudieron comprobar que todos estaban bien, cansados pero sanos y salvos después de una ajetreada noche de juego de rol en vivo que al igual que el registrado en el BEC de Barakaldo ha dejado un gran sabor de boca entre los más de 400 participantes . De ello daban prueba desde primeras horas de la tarde las redes sociales. Así Freddy Graguer escribía en el facebook de Z-Day que la experiencia de Sestao ha sido una “noche increíble y muy exigente, lo que hizo que según caían los supervivientes hubiese que cooperar con otros grupos y así conocí a muy buenos compañeros de aventuras. Eso sí, pruebas como la de la comida eran masacres. Enhorabuena a la organización, seguid así y mejorando que me vais a tener sufriendo en todas las ediciones”. Otro seguidor, Omar Mérida coincidía en que fue “increíble y para repetir, a pesar de la gran dificultad de las pruebas. Eso sí, me quedo con la cara del zombi del hacha que me infectó, jaja. Él será mi primera víctima la próxima vez”.

Desde la organización, Iván González, de la empresa Up Eventos, daba las gracias a todos los que hicieron posible que Sestao Z-Day se llevará a cabo. “Muchas gracias por la felicitaciones, ánimos, consejos, críticas constructivas para que sigamos mejorando, etc. Sois grandes. Esperamos que con todos nuestros fallos os hayamos hecho pasar una buena experiencia”. Una experiencia que puede llegar en breve a Cantabria ya que hay rumores que apuntan que el virus está ya en Laredo. De momento, ayer Sestao se libró de él. ¿Definitivamente?