Bilbao - “Nosotros hablamos menos y hacemos más”. Así finalizó su intervención el lehendakari Iñigo Urkullu tras visitar la residencia Birjinetxe de Txurdinaga con motivo de la puesta en marcha de Osabide, una aplicación informática que mejora la atención sociosanitaria. El lehendakari aprovechó la ocasión para recordar que la Comunidad Autónoma Vasca es una de las que más invierte en gasto social. Un ejemplo de esa política es el acuerdo al que han llegado el Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia para implantar Osabide en las residencias de mayores. A través de esta aplicación informática las residencias podrán acceder a la historia clínica de los residentes. El proceso de implantación de este protocolo de actuación entre las dos instituciones se ha iniciado en tres centros de la CAV. La residencia sociosanitaria que tiene la Diputación en Txurdinaga ha sido una de ellos.
Birjinetxe trabaja con el objetivo de atender a las personas con necesidades sociosanitarias temporales que no puedan ser cubiertas a través de servicios residenciales ordinarios. Los supuestos que atienden son: personas que necesitan cuidados al final de la vida y personas en recuperación de un proceso agudo o convalecencia. Por eso, esta residencia requiere “un mayor nivel de atención sanitaria que en el resto”. Esta circunstancia ha hecho que fuera una de las primeras residencias donde primero se va a implantar el proyecto Osabide. A partir de ahora, los profesionales sanitarios de la residencia podrán acceder a la historia clínica de los residentes “de forma rápida a través de una aplicación informática”. Ello redundará, según destacaron ayer los responsables del programa, “en una mejora diagnóstica y de tratamiento para todos los pacientes-usuarios de los servicios sociales, sociosanitarios y de Osakidetza”.
Compromiso El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, destacó que la institución que preside y el Gobierno vasco “hemos apostado por dar una respuesta integral y una atención multidisciplinar a las personas que son atendidas”. La puesta en marcha de Osabide supone para el diputado general “la reafirmación del compromiso con las personas de nuestro país, que es lo más importante, su bienestar”. José Luis Bilbao recordó que en Bizkaia hay 114 plazas en unidades residencias sociosanitarias, 27 de ellas en la residencia Aspaldiko de Portugalete, otras tantas en la residencia Orue de Euba y 60 en Birjinetxe (Txurdinaga). También destacó que los resultados que están teniendo en este tipo de residencias “siguen siendo satisfactorios, afortunadamente”. Eso significa que el 60% de las personas que entran en las residencias para recuperarse de algún proceso agudo o convalecencia vuelven a su domicilio o lugar de origen. Por último, quiso transmitir a la ciudadanía que “aquí invertimos una parte de los recursos que han puesto en nuestras manos para que los administremos y los revertimos en servicios sociosanitarios que sean de valor”.
El lehendakari Urkullu, por su parte, resaltó en primer lugar la “novedad que supone la aplicación de la innovación a la atención social”. Birjinetxe, según dijo el lehendakari, “ofrece un nivel de especialización muy superior al resto de una residencia convencional para personas mayores”. También destacó que Osabide es la consecuencia de “un acuerdo interinstitucional con la persona como centro de nuestra atención, de lo cual estamos muy orgullosos”. Y la tercera idea que puso en valor fue “el avance en la atención sociosanitaria”. “Lo importante”, dijo el lehendakari, “es colaborar, conseguir una mejor atención cercana, humana y profesional en los centros residenciales”. Para Iñigo Urkullu “el compromiso con las personas es el centro de nuestra atención y vamos a seguir defendiendo este principio con rigor y capacidad de concertación”. Y en la última parte de su intervención aprovechó para decir que el año pasado en el Estado español se gastaron 1.125 millones de euros en el sistema de garantía de ingresos. “De esos, 450 se invirtieron en Euskadi. Somos el 5% de la población y representamos el 40% de este gasto social”. Así que termino diciendo: “Hablamos menos y hacemos más”.