Bilbao - La carta puebla de Bilbao se muda de hogar. El documento fundacional de la villa, que hasta ahora se encontraba alojado en el propio edificio consistorial, se ha trasladado al Archivo Histórico de la Diputación, donde se conservará en condiciones idóneas. “Nuestra responsabilidad es que un documento tan importante y significativo para Bilbao no se deteriore”, destaca el alcalde de Bilbao, Ibon Areso.

El 15 de junio de 1300, Don Diego López de Haro otorgó una carta de fundación al pequeño conjunto de casas que se había formado alrededor del puerto de Bilbao. En ella se delimitaba el territorio, se reconocían los derechos y obligaciones de sus habitantes... Gracias a ella, la pequeña villa creció en los siglos siguientes hasta convertirse en un núcleo urbano de primer orden.

El documento, de más de 700 años de antigüedad, se encontraba en las dependencias del Ayuntamiento, en el edificio de San Agustín. En concreto, se guardaba en el armario en el que se exhibe al público, en una vitrina, el facsímil que reproduce la carta puebla. La vitrina se sitúa en la antesala de la Alcaldía, una estancia situada junto al despacho del alcalde y al Salón Árabe del primer piso del edificio consistorial, frente al Salón de Plenos. “El facsímil, una copia idéntica, está expuesta en una vitrina y el original se guardaba en un cajón del mismo armario, debajo”, explica Areso. “No contamos con un depósito específico que reúna todas las condiciones de garantía para conservar en buenas condiciones el documento”. Y, aunque periódicamente se comprobaba si se encontraba en buen estado, no se hacía un seguimiento específico de su conservación.

Escrita en pergamino -la parte interna de la piel del animal, que está en contacto con la carne y es más apta para la escritura-, la carta consta de treinta líneas escritas en romance. Es un documento conciso y sobrio, sin decoraciones ni florituras; solo la E inicial es capitular, con caracteres góticos redondos, coloreada en rojo y azul, y adornada con motivos vegetales muy esquemáticos y sobrios. En el resto del texto solo existen dos mayúsculas más, una S roja decorada en verde en la primera línea y una E en la octava, roja y azul.

El propio alcalde reconoce que no era el mejor lugar para depositar un documento con tanto valor histórico y que, debido a su antigüedad, necesita de unos cuidados específicos. “Ese tipo de documentos históricos de finales del siglo XIII requieren, porque son muy antiguos, unas condiciones de temperatura, humedad, protección ante posibles invasión de bacterias o insectos que estropeen el papel...”, subraya. Por ello, se decidió que el lugar más idóneo para guardarlo es el Archivo Histórico de la Diputación. “Las instalaciones están adecuadas para ello y es allí donde va a estar en unas mejores condiciones de conservación, en un edificio con dependencias específicas para conservar este tipo de documentos”, reconoce. “Es lo mismo que ocurre con los cuadros en los museos o con las pinturas rupestres de las cuevas; si no se cuidan, se van deteriorando. Es un documento que tiene ya varios siglos y hay que cuidarlo con mimo”, incide Areso. Incluso si algún investigador quisiera consultar la carta, son los especialistas que trabajan en el archivo los que mejor pueden manipular el documento sin que sufra daños.

Propiedad del Ayuntamiento El documento se trasladó a principios de julio a las dependencias del Archivo Histórico de la calle María Díaz de Haro, donde se ha dejado en depósito. Ello significa que, aunque físicamente se encuentre en dependencias forales, la propiedad de la carta sigue siendo del Ayuntamiento.

El alcalde entiende que es responsabilidad del equipo municipal garantizar que el documento se mantenga en las mejores condiciones posibles. “El Ayuntamiento tiene que garantizar una buena conservación de ese documento, por responsabilidad”, insiste el alcalde.

No es el primer documento histórico de Bilbao que se traslada al Archivo Histórico. Allí están ya, por ejemplo, la segunda carta puebla de la villa, otorgada por Doña María Díaz de Haro, sobrina de Don Diego López de Haro, en 1310, confirmación de la concedida por su tío diez años antes, así como otros legajos importantes dentro de la historia bilbaina.

La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación y bien cuidada, sin daños visibles. Sin embargo, los especialistas del Archivo Histórico van a someterla a un profundo análisis. La carta se ha introducido en un soporte de seguridad, un bastidor transparente por ambas caras de forma que se puede ver en su totalidad. El marco tiene un PH especial neutro para evitar que sufra cualquier tipo de deterioro, agresión o rotura. Se ha depositado en una cámara acorazada, junto a otros de los documentos y publicaciones más valiosas del archivo histórico de Bizkaia.

En total, actualmente el Archivo Histórico foral custodia ochenta documentos similares de otros municipios y villas del territorio. El proceso que se va a seguir con la carta puebla de Bilbao es similar al que se realiza con todos ellos.