El arenal de Laida ha perdido dos tercios de su superficie
Varias playas han recuperado su estado y en otras se ha trasvasado arena
Bilbao - Además de los destrozos en las infraestructuras, fueron las propias playas las que más sufrieron las consecuencias de los temporales de principios de año. La fuerza del mar se comió gran parte de la arena que cubre estos espacios, provocando enormes socavones en algunas, aflorando una gran cantidad de piedra en otras y haciéndolas prácticamente desaparecer como es el caso de Laida, en Ibarrangelu, que ha quedado reducida a un tercio de la superficie que tenía antes de los temporales. "La playa prácticamente ha desaparecido", admite su alcalde, Jesús Mari Ziluaga.
En muchas de estas playas, la propia naturaleza se ha encargado de ir devolviendo a los espacios a su estado habitual. Y es que, de forma natural, todos los años se produce una salida de arena por los temporales de invierno y una entrada paulatina cuando se van calmando los temporales. En la playa de La Salvaje, en Sopela, el mayor daño provocado por los temporales fue el socavón que se creó por la falta de arena. Sin embargo, "la mar ha ido devolviendo la playa a su estado anterior y, al tratarse de una zona de dunas, en constante movimiento, ya está recuperando su estado anterior", explican desde el Ayuntamiento. En La Arena, por ejemplo, donde hubo zonas en las que la altura de la arena había descendido hasta dos metros -como en los accesos centrales y junto a algunas bases de duchas-, el propio oleaje ha ido rellenando el espacio a lo largo de estos meses.
Sin embargo, para que las playas estén a punto para recibir a sus visitantes estivales, en otros de estos espacios está siendo necesario realizar una intensa reposición de arena desde otros puntos. No se trata solo de que las playas se encuentren en buen estado para la temporada de baños, sino porque los arenales suponen una importante barrera de protección de la costa.
Así, por ejemplo, la arena acumulada durante aquellos días en la playa de Plentzia está siendo distribuida en el arenal vecino de Gorliz. Tanto Arrigunaga como Ereaga han tenido que ser niveladas. Más complicada es la situación en la playa de Laida, en Ibarrangelu. "Ahora, en pleamar apenas queda la duna y un poco más de arena alrededor. Mucha gente nos está llamando para preguntar qué va a pasar con la playa en verano", afirma el alcalde de la localidad. Costas todavía no tiene decidido qué hacer, si bien una opción sería trasvasar aquí parte de la arena que se extraiga del puerto de Mundaka.