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La cara más alegre de Babilonia

El Ein Prosit, Taberna Plaza Nueva y Séptimo Cielo se alzan con los primeros premios de hostelería del Barnaval 2014

La cara más alegre de Babilonia

UN viejo tango de los años 20, uno de tantos que inmortalizó Carlos Gardel, decía algo así como "aquella marquesa de la risa loca/se pintó la boca/por besar a un clown./Cruza del barco hasta el coche/la serpentina nerviosa y fina, como un pintoresco broche/sobre la noche del carnaval", pero si hubo una voz que lo cantó mejor que nadie fue, sin dudarlo, la de la legendaria Celia Cruz, cuando se arrancaba con ese son de pan de azúcar y movía las caderas de medio mundo con un alegre mensaje. "Todo aquel que piense que la vida es desigual,/tiene que saber que no es así,/que la vida es una hermosura, hay que vivirla./Todo aquel que piense que está solo y que está mal,/tiene que saber que no es así,/que en la vida no hay nadie solo, siempre hay alguien./Aaaayyyy, no hay que llorar, que la vida es un carnaval..." cantaba aquella negra de La Habana de son montuno, guaracha y salsa. Y al oírla, esa Babilonia de disfraces con la que una ciudad, cualquiera, confunde a la tristeza, la pobreza o la melancolía cotidianas, destapa su cara más alegre.

Al calor de estas fechas (lo del calor es metafórico, ustedes me entienden...), las ciudades se reconfortan y buscan sus rincones más confortables. En Bilbao, sin ir más lejos acaba de celebrarse Barnaval 2014, la XXII edición del concurso de disfraces y ambientación de locales de hostelería y comercio durante estas fechas. El certamen rompió la barrera del aburrimiento al congregar a más de cien participantes, más de cien dobles vidas que fueron juzgadas por un jurado implacable formado por Arturo Trueba, Gontzal Azkoitia, Nekane Ramírez, Arantza Gómez-Cambronero, Bárbara Sarrionandia, Paqui Moreno, José María Amantes, Esther Isabel, Roberto Lobato, Ana Trueba, Eugenio Behal, Jordi Vinaixa, Marino Montero, Elena Marsal y Miguel San Cristóbal a lo largo de estos días.

Ayer se leyó su veredicto en la sala Distrito 9, allá en Alameda Rekalde, en presencia de acreditados testigos como la concejala de fiestas, Itziar Urtasun; el director de Fiestas, Alberto Ruiz de Azua; la Zarambolas de 2014, Karmele Larrinaga; representantes de asociaciones como BilbaoHistoriko, con Unai Aizpuru a la cabeza; BilbaoCentro, con Olga Zulueta como embajadora; Comerciantes de Otxarkoaga con Abel Charcán como punta de lanza, o Deusto Bizirik, donde Julia Diéguez corta el bacalao. Junto a ellos, José Antonio Nielfa, La OtxoaLidia Martínez, Javier Benítez, Manu Iturregi, Jorge Puente y un buen número de acérrimos carnavaleros.

veredicto Hubo premios a diestro y siniestro porque, más allá de una competición, el Barnaval es una fiesta. Aún con todo, habrá que decir que el primer premio de Hostelería fue a parar al Ein Prosit, que este año cumple 15 años de vida y que celebraron la efeméride de tarta de cumpleaños -Alfredo Thate, vestido de tarta, era todo un poema...-, y el primero de Comercio recompensó a Bilbainos por el mundo de Ixchel, un centro de bienestar que toma su nombre de una diosa maya. Segundo y tercer premio de Hostelería fueron para la Taberna Plaza Nueva y el Séptimo Cielo, que iban de Zipi y Zape y La selva respectivamente, mientras que la floristería Aviflor y la frutería Zelaia Askao se llevaron plata y bronce en comerciantes.