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La recuperación, en la residencia

Las Juntas aprueban aumentar hasta 114 las plazas sociosanitarias José Sáinz de la Maza es una de las 498 personas beneficiarias del servicio

La recuperación, en la residenciaDavid de Haro

Bilbao - A sus 75 años, José Sáinz de la Maza es un hombre muy activo. Toca en una banda de música, forma parte de un grupo de teatro y es el presidente de un club de fútbol. Desde que enviudó, hace ahora diez años, vive solo. El pasado mes de diciembre tuvo la mala suerte de caerse. Y como consecuencia de la caída se rompió un tendón del cuádriceps, lo que le obligó a pasar por el quirófano. Fue entonces, tras la operación, cuando su hijo solicitó una plaza sociosanitaria que ofrece para estos casos la Diputación Foral de Bizkaia en las residencias. Gracias a este servicio, José pudo realizar todo el proceso de rehabilitación en la residencia Aspaldiko de Portugalete. "La recuperación y el trato fue inmejorable", asegura . Así que el día 5 de febrero volvió a su hogar tras ser dado de alta.

Él es una de las 489 personas que el año pasado se beneficiaron de las llamadas Unidades Residencias Socio Sanitarias que la Diputación y el Gobierno vasco pusieron en marcha en 2007. Ambas instituciones han ampliado el convenio de colaboración para poder ofrecer este año 114 plazas, cuatro más que en 2013. La diputada foral de Acción Social, Pilar Ardanza, compareció ayer en las Juntas Generales de Bizkaia para explicar los detalles del nuevo convenio y someterlo a votación.

Antes de dar los datos relacionados con este recurso sociosanitario, la diputada foral destacó el "alto nivel de satisfacción con el funcionamiento de estas unidades". Y ese es el caso de José Sáinz de la Maza, que, desgraciadamente, ha tenido que recurrir a una de estas plazas en dos ocasiones. La primera fue hace tres años, cuando tuvo que someterse a una operación de cadera. "Como vivo solo", señala José, "no podía recuperarme en casa, así que mi hijo habló con los servicios sociales". Tras valorar su situación, José pudo ingresar en la residencia Aspaldiko. "Estuve tres semanas", recuerda, "y la experiencia fue muy buena, porque allí estaba atendido estupendamente, tanto desde el punto de vista médico como de asistencia social". La única pega que le pone "es que la mayor parte de los residentes eran muy mayores". "Yo también soy mayor", dice entre risas, "pero los de la residencia me superaban". Aun así estuvo muy contento. "El día se me hacía corto porque entre la rehabilitación y las actividades que hay en la residencia uno no se aburría", recuerda.

Tras ese periodo de recuperación, José volvió a su casa. Precisamente, este aspecto es el que quiso destacar la responsable foral de Acción Social. "Casí el 60% de las personas atendidas retornan a su domicilio", dijo Pilar Ardanza, "y eso quiere decir que está siendo un recurso útil para las personas que pueden rehacer su vida, superadas las circunstancias que motivaron su ingreso".

Según indicó la diputada, "el 58% de las personas ingresadas pudo volver a sus hogares y un 20% a residencias, un dato que demuestra el éxito del sistema". También resaltó que un 87% de las personas ingresó por una convalecencia y solo el 11% respondía a un perfil de personas que requiere cuidados al final de su vida.

El convenio, ratificado ayer en las Juntas, con los votos favorables de PNV, PSE y PP, y la abstención de EH Bildu, amplía la oferta a 114 plazas. De esta manera, la residencias de Aspaldiko, en Portugalete, y Orue, en Amorebieta-Etxano, contarán con 27 plazas cada una, las mismas que en el ejercicio anterior. El aumento de plazas se produce en la residencia Birjinetxe de Bilbao, que este año llegará hasta las 60, cuatro más que en 2013.