Cuando una luna cargada de intenciones asoma por las noches de la villa, los habitantes del botxo se sumen en un ir y venir entre calles que llevan a muy diferentes destinos... Llegar a casa y quitarse las botas con un suspiro de anatomía derrotada es siempre una buena opción. Pero hay quien tiene querencia, así, un miércoles cualquiera, por perseguir el sonido seductor de los tacones que calza la poesía; un clac clac clac sexy y repleto de promesas y versos que muchas veces acaba acodado en un bar. Y la culpa de esas veladas de poemas, arte, café y cerveza la tienen los organizadores de las Noches Poéticas, una iniciativa que nació allá en 2010 con el objetivo de convertir a los bares en foros abiertos donde los poetas tuvieran la oportunidad de recitar su obra, sus versos, sus sentimientos.
Ayer se celebró una de estas citas en el bar Gure Ametzak, en la calle Egaña. Fue un encuentro cargado de recuerdo, ya que se celebró en memoria de cuatro poetas fallecidos recientemente: el argentino Juan Gelman, el mexicano José Emilio Pacheco, el extremeño Félix Grande y el andaluz Domingo Faílde. Al frente de esta velada estaban los organizadores de las Noches Poéticas, Julian Borao, Ritxi Póo, Julio González, Javier Arnaiz y Alberto Arzua. No faltaron a esta cita el músico Javier Triguero, Octavio Fernández y Pepa Agüera, que acudió acompañada por Rafa Martínez. También estuvieron Javier Bermúdez e Inma Díez, que regalaron su poesía a los presentes. A la velada asistió el poeta Santiago Liberal, que fue acompañado por Neska, Inma Díez y María Gloria Vázquez.
Maite Lorenzo, Beatriz Álvarez y Coro Benito recalaron a la villa desde Eibar con el objetivo de derramar su poesía ante la barra del Gure Ametzak, y lo propio hicieron Julio González y Carmen López, también conocida como Fer.
No podían faltar Manuel del Cajón ni Juanje Sanz y allí estuvieron Fernando Marcos, Javi Medal, Pedro Ruiz de Alegría, Iñaki Cerrajería, Laureano Jiménez y Loly Rubio.
Llegó un momento en la trayectoria de las Noches Poéticas en que sus organizadores llegaron a la conclusión de que no solo de poesía vive el hombre, así que sumaron a estas veladas otras disciplinas artísticas. Así que ayer la música estuvo presente de la mano del dúo Los eXpontáneos, formado por Eder y Josu.
Todos ellos alzaron sus copas y sus versos en honor a los poetas, los muertos, los vivos y los que deambulan por esta villa bella que se deja querer cuando cae la noche.