Niños con alma de estrellas

Nerviosos, exultantes y muy ilusionados. Así están los miembros más pequeños de la Baskonia Futbol Eskola de Basauri, desde que el jueves vieran sus caras formando parte de un álbum que emula a los protagonizados por las estrellas que siempre han admirado. Como si estuvieran convocados para disputar el Mundial o militaran en Primera División, los pequeños canteranos dan vida a los 625 cromos que completan la colección. Estas estampas en las que se muestra a los pequeños con pose futbolera y los colores negro y amarillo de su equipación ya están a la venta en bares y comercios de Basauri. Su precio: un euro por cada sobre con once cromos.

Además de comprar, los niños podrán intercambiarse las imágenes para completar el álbum como ocurre con cualquier otra colección. La diferencia es que no existirán cromos trampa de esos que, por mucho que se vacíen los stands de las tiendas, no aparecen jamás. Así, la escuela calcula que acabar la colección no costará más de 80 euros a las familias. Este dinero, además de para cubrir gastos, servirá para ahorrar "una pequeña cantidad" y seguir con la actividad de la escuela. "En estos momentos de crisis hay que agudizar el ingenio para poder conseguir ingresos extras y seguir andando", señala Aitor Martínez, uno de los responsables de la iniciativa.

"Tener un cromo de una compañera o un amigo es una gozada", explica quien tiene a sus dos hijos, un niño de seis años y una niña de 8, convertidos en estrellas de papel. Ambos juegan en los equipos de la escuela, que superan la treintena entre los de chicos, los de chicas y los escolares. Además de los jugadores, las páginas del álbum se completan con los entrenadores, preparadores y otros miembros de la escuela.

Tanto éxito está teniendo en estas primeras jornadas en la calle que los impulsores del álbum ya están pensando en repetir la experiencia dentro de dos años. La presencia de jugadores del Athletic completó ayer el alboroto en Basauri. Iker Muniain e Ibai Gómez salieron de Basozelai con la mano cansada de firmar autógrafos acompañados de un Fran Yeste que hizo las veces de anfitrión de los rojiblancos para mayor regocijo de los presentes.