Bilbao. Pili, Josune, Ana y Susana son mujeres con M mayúscula; ellas trabajan, atienden sus hogares y a la vez estudian para obtener un nuevo título que les exige el Gobierno vasco para seguir ejerciendo su profesión -en geriátricos y con dependientes, principalmente-. El centro que gestiona la asociación Bagabiltza en Bilbao es su aula de estudios. En sus 25 años de historia han sido miles las mujeres que, de la mano de esta asociación, han logrado hacerse un hueco en la sociedad. Han conseguido hacer realidad sus sueños y hacerse con ese lugar que reclaman y por el que trabajan casi sin descanso. De la mano de Pilar Alonso, una de las responsables de Bagabiltza, y de la concejala de Igualdad, Oihane Agirregoitia, DEIA ha accedido a una clase en la que una veintena de mujeres trabaja con ahínco para sacar la titulación exigida para 2015. De no lograrlo, perderán la oportunidad de trabajar; un precio demasiado alto que no pueden permitirse.

"No nos queda más remedio que trabajar y estudiar para sacar el título. Estamos agradecidas a Bagabiltza, a sus profesores y a la gente que nos ayuda", cuentan ante la admiración de las personas que escuchan sus sinceras palabras.

La edil Oihane Agirregoitia sabe lo importante que es la labor que realiza Bagabiltza, por eso anima a las mujeres que en la actualidad están estudiando para que sigan luchando. Y es que ellas saben que solo tienen la opción de aprobar; el suspenso sería demasiado caro. "Eso no nos lo podemos permitir. En mi casa solo trabajo yo; mi marido está en el paro", asegura una de las alumnas, entre apuntes y bolígrafos de colores.

A estas alumnas apenas les queda tiempo para ellas; aprovechan el fin de semana para llenar la nevera, planchar y limpiar la casa, porque entre semana las horas no les dan para más. Aun así, no dejan sus libros de conocimiento de Medicina que tienen que empollar para superar los exámenes trimestrales. "No tengo tiempo para nada, pero vengo con muchas ganas. Necesitamos trabajar y sin el título no podremos seguir haciéndolo", dice Ana, que lleva 14 años como auxiliar de Enfermería en diferentes residencias de Bizkaia.

Cuidan a enfermos y a personas mayores en centros y en residencias, pero ahora no les queda más remedio que sacar ese título que les permita seguir ejerciendo la profesión que aseguran les fascina. "He trabajado de noche, he ido a casa para coger los libros y a las ocho aquí he venido, ¡a estudiar!", cuenta Josune, de Bilbao. "Me tiene que dar tiempo para todo; para atender a mi hija, la casa y al marido", dice con humor.

Josune, al igual que el resto de las alumnas, acude a diario a clase con ganas, y con una sonrisa; todas comparten pupitre, apuntes y, sobre todo, su tiempo, repleto de confidencias, vivencias y experiencias. "Nos llevamos bien. Nos pasamos apuntes y alguna vez nos da tiempo hasta para hacer alguna excursión", dice Pili, otra auxiliar que trabaja en un centro de mayores desde hace años. "Mi hijo me dice: Ama, si no apruebas el examen te quito el móvil", desvela entre risas otra de las alumnas. "Hacemos competición con nuestros hijos, a ver quién saca mejores notas".

Caminando De lunes a viernes, de ocho a dos de la tarde, este grupo de mujeres acude a las instalaciones que gestiona la organización Bagabiltza en el barrio de Txurdinaga y que fueron cedidas en su día por el Ayuntamiento de Bilbao. Pilar Alonso es una de las responsables de esta asociación. Bagabiltza -caminando, en castellano- es un sueño hecho realidad que, 25 años después, sigue tendiendo la mano al colectivo femenino y que en la actualidad cuenta con el primer centro con titulación homologada. "Nuestra misión es la orientación, la formación e integración sociolaboral, dirigida preferentemente a las mujeres, potenciando procesos que buscan una mayor calidad de vida y un mejor desarrollo personal, social, educativo y económico de las mismas", relata Alonso.

Mari Paz es médico y una de las profesoras que en la actualidad imparte la materia de Medicina y Enfermería a alumnas de Bagabiltza. "Estas mujeres son brillantes; muy buenas alumnas. El examen que han hecho ha sido muy bueno", dice la profesora con orgullo y admiración. "Cada una tiene su historia particular. La mayoría son amas de casa, tienen hijos y hay casos que son ellas las que llevan el dinero a casa porque sus maridos se han quedado en el paro. Por eso es fundamental que saquen esta titulación", relata.

En su medio siglo de historia, Bagabiltza se ha convertido en el apoyo y el asesoramiento de miles de mujeres que durante todos estos años han pasado por las instalaciones gestionadas por esta entidad. "Todavía recuerdo cómo empezamos. Éramos un grupo pequeño de mujeres con inquietudes y ganas de ayudar", dice Pilar. "Empezamos en las instalaciones de FP de Txurdinaga; cuando nuestros hijos salían de clase entrábamos nosotras. Entonces había mujeres que iban a escondidas, sin que sus maridos se enterasen", recuerda. El proyecto fue echando raíces, tomó fuerza y fue adquiriendo un lugar reconocido y valorado. "Pedimos un local al Ayuntamiento de Bilbao y nos lo dio. Tenemos que agradecer el apoyo que nos prestaron el por entonces alcalde Josu Ortuondo y el concejal Ricardo Barkala", cuenta Pilar.

Sueño imposible hecho realidad por el empuje y tenacidad de aquel pequeño grupo de mujeres. Su afán de superación y promoción les llevó a buscar un cauce para crecer como personas. Satur Abón, líder y alma de este proyecto, dedicó gran parte de su vida a forjar los cimientos de este proyecto que hoy sigue ayudando a cientos de mujeres. "Ella es la persona a la que le debemos todo esto. Satur supo recoger y canalizar sus sentimientos e ilusiones, haciéndolas realidad en la creación de la asociación y, posteriormente, reconocida como Fundación Bagabiltza".

Aunque no fueron comienzos fáciles, sí lo fueron gratificantes, ilusionantes y repletos de vivencias que han llenado las páginas en blanco de este proyecto. "Uno de sus mayores estímulos fue comprender que con un pequeño esfuerzo se podía ayudar a otras mujeres a reencontrarse con ellas mismas, descubriendo el sentido de su vida y la importancia de su ser de mujeres en la sociedad", explica emocionada Pilar Alonso, compañera y amiga de Satur, que no faltó al acto de aniversario que se celebró en diciembre en Bilbao.

Nadie dijo que el camino fuera de rosas; en medio siglo, el recorrido ha estado repleto de espinas que han sabido sortear con habilidad. "El que siembra recoge", concluye Alonso.