bARAKALDO

TODO termina volviendo. Esa es una de las frases favoritas de quienes guardan dentro del armario una caja repleta de pantalones de campana. Ya sea en la ropa, en arte o en el mundo del mobiliario y la decoración, todo vuelve. Solo que a su regreso, esos artículos se camuflan bajo el término de retro y vintage. Bilbao Exhibition Centre abrió ayer las puertas de su desván para acoger la 28 edición de la feria de Desembalaje. Hasta 48.000 piezas de antigüedades se dejan ver por Barakaldo hasta hoy, en una edición en el que también ha vuelto el bullicio, las ganas de comprar un objeto único y el regateo. "Aún queda feria pero de momento hay más gente que en la que celebramos en marzo", aseguran los comerciantes del sector.

Las revistas de moda y decoración son las encargadas de marcar tendencia, y desde hace unos años se han centrado todos los focos en el estilo Vintage. "Antes fue lo rústico, ahora es lo retro?", explica José, de la tienda Comodé. Por lo que, a pesar de que el sector siempre haya tenido sus fieles, el número de potenciales clientes ha aumentado de forma considerable. "Hoy se nota más gente, y de momento, el día va bien", cuenta. El problema al que se enfrentan quienes viajan en busca de la mejor antigüedad es la situación económica. La crisis no ha hecho una excepción con este sector, que se ha visto obligado a rebajar los precios de forma considerable "para poder vender", cuenta a DEIA Marta Garate, una mujer que viaja desde Gijón con la esperanza de sacar alguna de sus piezas del almacén para poder continuar comprando material. "Para poder comprar cosas nuevas primero tenemos que vender las que tenemos. Necesitamos vender para comprar". El margen de beneficio para los perseguidores de estas joyas históricas se ha ajustado mucho. Marta pone el como ejemplo una de sus piezas de joyería más preciadas: un anillo de los años 40 realizado con piedra de citino, "que no es fácil de encontrar". Lo vende en BEC por 400 euros, "pero antes de la crisis podríamos hablar de 1.000 euros".

Marta gestiona uno de los cien puestos que se han apoderado del BEC este fin de semana. Pupitres de las antiguas aulas de colegios por 180 euros, bicicletas a 75 euros, adornos navideños desde 10 euros, pañuelos de cashmere que rebajados a los 40 euros, parejas de sillas que no llegan a los 400, cuadros, carteles de chapa esmaltada que llegan a los 500 euros, hasta cuadros de los mismísimos Franco y Cobi, la mascota olímpica de los juegos de Barcelona.

con regateo en el precio En la feria de desembalaje del BEC se puede encontrar cualquier cosa. Así lo creen Quique y Héctor, dos jóvenes cántabros que se han acercado por segunda vez a Barakaldo para poner a la venta los frutos de su hobby. "Nos encantaría poder vivir de esto, pero de momento lo compaginamos con el trabajo", explican. En su stand se pueden encontrar piezas muy singulares como flexos, muñecas, carteles publicitarios de chapa esmaltada? "Tenemos todo el siglo 20", anuncian divertidos. Entre su ajuar, una linterna mágica que servía, allá por 1890, para reproducir diapositivas de cristal. "Es la pieza más singular que tenemos", cuentan. Su precio, 350 euros.

Mercadillos, casas de particulares, subastas e, incluso, la misma basura, son los lugares donde pueden encontrarse estos tesoros que en la feria que concluye hoy, se pueden adquirir con una rebaja de hasta el 30% del precio de tienda, y no sin antes llevar a cabo el popular regateo. "No es dinero pagar 350 euros por una mesa de madera de los años 50", dice Mari Jose en busca de mobiliario para su casa de Castro Urdiales. "Cuando tienes la casa decorada de Ikea, objetos de decoración como estos marcan la diferencia", aseguran unos recién casados.