Durango. Fue un 11 de septiembre de 1998 cuando San Agustín Kultur Gunea abrió sus puertas por primera vez. Desde entonces, el recinto ha subido el telón semana tras semana, con el objetivo de ofrecer a la ciudadanía una alternativa cultural variada y de calidad. No obstante, el mayor triunfo de San Agustín durante este tiempo ha sido convertirse en un espacio participativo y de referencia para las agrupaciones culturales y sociales del municipio.
¿Cómo surge la idea de crear un recinto cultural de este tipo?
Jon Kepa Garro: Había una demanda por parte de la ciudadanía de Durango de dotar a la localidad de una opción de ocio diferente, ya que, en ese momento, sí que había salas de cine en el municipio, pero no había teatro, y ello a pesar de la gran tradición teatral que siempre ha habido en Durango.
¿Recuerdan cómo fue aquella primera jornada inaugural?
Arantza Arrazola: Fue a cargo de un espectáculo de danza de la compañía Malvaloca, que contó con la presencia como público de los dirigentes municipales y comarcales del momento, además de otros durangarras que quisieron disfrutar del momento. Un concierto de la Orquesta Sinfónica de Bilbao fue el encargado de recoger, al día siguiente, el testigo inaugural.
¿Cuál ha sido el cometido de San Agustín en estos años?
J. K. G.: Desde el principio, la finalidad ha sido que el espacio fuera accesible para todas las agrupaciones de Durango. Se pretendía, en definitiva, que San Agustín no se convirtiera únicamente en una sala de exposiciones, sino en un espacio en el que se pudiera participar.
¿Se ha logrado ese objetivo?
J. K. G.: A juzgar por los resultados, puede decirse que el objetivo se ha cumplido con creces. Muestra de ello es que el 75% de la actividad que alberga el recinto está directamente relacionada con las diferentes iniciativas llevadas a cabo por los distintos grupos culturales y sociales de la villa. Son muchas las agrupaciones, y también centros educativos, los que se acercan para ver si pueden contar con San Agustín para, por ejemplo, ensayar o celebrar algún evento.
¿Qué ha sido lo más difícil en este tiempo?
A. A.: Lo más complicado ha sido que la gente reconociera a San Agustín como un espacio en el que había teatro, y que éste era asequible. De hecho, durante los primeros años, cuando venían a actuar compañías de fuera, como no había GPS como ahora, muchas de ellas paraban a la entrada de la localidad para preguntar a la gente dónde estaba el teatro, y la respuesta siempre era que Durango no tenía teatro.
¿Cuántos espectáculos ha programado San Agustín en todo este tiempo?
J. K. G.: En lo que a compañías profesionales se refiere, habremos contado con alrededor de quinientos espectáculos -unos treinta y cinco o cuarenta al año-, a los que hay que sumar más de setecientas actividades culturales.
¿Qué artistas de renombre han pasado por San Agustín?
A. A.: La verdad es que han sido muchos los nombres importantes que han visitado Durango, pero por citar algunos, entre los más conocidos se encuentran José Sacristán, José Luis López Vázquez y Charo López. También hemos acogido algunos de los éxitos televisivos del momento, como Vaya semanita.
¿Alguna vez ha habido que improvisar a última hora por una cancelación?
A. A.: En todo este tiempo, sólo ha habido un día en el que San Agustín no ha podido ofrecer al público el espectáculo previsto. Fue el 4 de junio de 2000, día en que fue asesinado el concejal del Partido Popular en Durango, Jesús María Pedrosa. Recuerdo perfectamente que era domingo y estaba prevista una actuación de Tantaka, pero no había ánimos para nada, así que se canceló la actuación.
Quince años también dan para muchas anécdotas ¿no?
A. A.: Pues alguna que otra ya hay. Recuerdo un día que estaba programada una actuación de Los Louviers y los técnicos no llegaban porque había caído una nevada impresionante y estaban atrapados en Urkiola. Entonces, Manolo, que es el jefe Técnico, salió al escenario para comunicar al público, que ya estaba sentado en las butacas, que la actuación iba a comenzar un poco más tarde. La gente se pensó que eso era parte de la actuación y empezó a reírse y a aplaudir, por lo que, ese día, Manolo se convirtió también en parte del espectáculo.
¿Cuáles son los nuevos retos de cara al futuro?
J. K. G: Tenemos, sobre todo, que adaptarnos a los nuevos tiempos y transmitir a la ciudadanía que las artes escénicas no son incompatibles con otro tipo de actividades lúdicas. De este modo, el reto es, sin duda, innovar y modernizarse para llegar a la gente de otra forma.
¿Ha descendido el público teatral como consecuencia de las nuevas tecnologías y de la crisis económica?
J. K. G.: El teatro siempre ha estado en crisis y, a no ser que se trate de un gran teatro o de una obra muy conocida, es muy difícil que una sala se llene del todo, especialmente en los teatros de pueblo. Hoy en día es tan fácil ir a una gran ciudad a ver un espectáculo que deja de tener importancia lo que se ofrece en la localidad. Y no hay que pasar por alto que algunos de los espectáculos ofrecidos en los grandes teatros también forman parte de la cartelera de San Agustín.