Getxo. Es uno de esos logros humanos que nos parecen sencillos pero que cuesta mucho culminarlos. Conseguir generar una superficie de tierra casi como cuatro campos de fútbol del viejo San Mamés tras habérsela robado al mar y asegurarse de que la fuerza de las mareas no se la va a llevar, es un logro digno de titanes.

Es lo que la Autoridad Portuaria está llevando cabo en el contradique de Algorta. Son cientos los vecinos de Getxo habituales del paseo que acaba en el faro los que día a día ven crecer el que será el nuevo muelle para cruceros. En esencia, se trata de crear en paralelo al contradique una línea de atraque con unos grandes cajones que se hunden en el mar, construir sendas barreras que se unen a tierra y crear una gran piscina que será rellenada de arena para generar la mencionada superficie. Con ello se generará un muelle de 355 metros de largo y una explanada de casi 27.500 m2 pegada al mencionado contradique. Un gran espacio en el que el Puerto de Bilbao construirá una nueva terminal marítima que atienda a los cruceristas y sustituya a la actual que se levantó de forma provisional. Ganar terreno al mar es duro y difícil, "aunque la fase que más problemas podía darnos ya está superada" confiesa Eva Moral, adjunta a la jefatura de obra, al llegar al ecuador de las obras.

Buena cimentación

Ese momento crítico es la primera fase de la obra, la cimentación de los grandes cajones. Para que se asienten con seguridad, lo primero ha sido eliminar los fangos y llegar a un terreno competente. Sobre esta base natural, se ha creado una denominada banqueta de cimentación a base de escollera de cantera. Un proceso delicado efectuado por un gánguil (barco que se abre su fondo para depositar la carga) con posicionamiento por GPS.

Con la escollera correctamente vertida y con un espesor de 1,5 metros de altura se ha tenido que allanar. "Un enrase que ha sido efectuado por un barco que aportaba la grava y cuatro buzos bajo el mar la han ido extendiendo hasta dejar la superficie horizontal, con una tolerancia de diez centímetros", apunta Moral.

Después, ha venido otra fase complicada, la colocación de los cajones formando lo que será la línea de atraque para los cruceros. En total, se han construido ocho grandes cajones de 16 metros de altura, 44 de largo y 15 de ancho, los cuales ya se han fondeado todos en hilera y en su posición definitiva. Es como si se hubiera construido una calle sumergida de algo más de 355 metros de largo con edificios de cinco plantas de altura.

La responsable de la obra explica que "hemos tenido que construirlos en el Superpuerto ya que en Getxo no hay suficiente calado". Los cajones se han construido en un dique flotante mediante la técnica de deslizado continuo y luego se han trasladado cada uno flotando hasta su ubicación definitiva. Cada cajón tiene un 75% de volumen vacío al acoger un total de 58 celdas huecas de arriba a abajo sobre una losa maciza de un metro en su base. Cada fuste de cajón ha supuesto cuatro días de trabajo en una única fase para deslizar el hormigón sobre el molde. "Al dejar esta cantidad de espacio interior hueco se consigue que el volumen de agua desplazada por la pieza pese lo mismo que la propia pieza y así puede flotar como un barco", explica la especialista. En total, 10.300 m3 de cajón divididos en 3.000 m3 de hormigón y 7.300 m3 de celdas huecas.

Una labor titánica que ha implicado el momento punta de plantilla del proyecto. En esos meses, han llegado a trabajar hasta 200 personas al tener que emplear siete días a la semana 24 horas cada jornada con varios turnos. El último de los ocho cajones fue colocado a principios de agosto tras ser trasladado por un remolcador hasta su ubicación y después hundirlo llenando las celdas de agua.

Los ocho bloques se han asentado a 12 metros de profundidad teniendo en cuenta que 0 metros es baja mar, con lo que, con la marea alta, prácticamente, quedan cubiertos. Para que queden asentados definitivamente, se llenarán con arena, material de cantera u hormigón de demolición. Una labor que comenzará en breve una vez que se concluya la conexión entre el primer cajón y tierra que se está construyendo ahora en la zona cercana al puerto deportivo de Getxo.

Llenar la piscina de arena

Con ello ha comenzado la tercera fase. El relleno con material sólido del primer cajón se ha efectuado desde el mar y ya se ha finalizado La razón es evitar que el cajón pueda desplazarse cuando sea empujado por el terreno que lo unirá con tierra, lo que en el argot se denomina mota de todo uno. Una vez conectada con tierra la línea de atraque, se van rellenando el resto de cajones y cerrando las juntas entre ellos. Son, aproximadamente, 58.300 m3 de material lo que se depositará en los cajones, una labor que terminará en diciembre.

Después, hay que construir otro dique transversal a la línea de atraque con lo que se crea una gran piscina o vaso. Una vez cerrado el recinto se depositará un material de filtro sobre los taludes que limitan el recinto que evite la salida del futuro relleno con la subida y las bajada de la marea. El material de relleno será arena extraída por una draga del fondo del mar a 30 metros de profundidad. Tras navegar hasta Getxo verterá su carga mediante una bomba por una tubería depositada sobre los cajones. Cuando se haya llenado la piscina de arena se explanará en seco. Se prevé verter 140.000 m3 o lo que es lo mismo lo que transportarían un total 11.660 camiones volquete. Solo quedará generar la estructura de hormigón donde atracarán los cruceros. Se llama la viga cantil, que contará con bolardos y defensas, los elementos que el barco necesita para amarrarse a tierra y evitar que se golpee con los cajones. Por eso, esta viga cantil vuela medio metro sobre la vertical de los cajones y tendrá tres metros de alto sobre ellos.