Bilbao. La construcción de la nueva estación del Casco Viejo que dé servicio a los viajeros de la línea 3 supondrá la demolición completa de los actuales andenes y oficinas que gestiona Euskotren para su línea a Lezama. Una obra ingente que se prolongará casi dos años y que tiene un coste estimado de base de 12,5 millones de euros. Unos trabajos que supondrán literalmente comerse parte de la ladera de Mallona para poder encajar la nueva estación y su distribuidor que conectará con la actual parada del metro del Casco Viejo que atiende a los usuarios de las líneas 1 y 2.
Según el proyecto de construcción al que ha tenido acceso este periódico, la futura intermodal mantendrá la actual estructura de tres niveles. El más bajo seguirá siendo para el acceso a la estación del suburbano en servicio. El nivel intermedio acogerá el vestíbulo para los transbordos y los tránsitos hacia y desde la calle, y la planta superior mantendrá los andenes laterales para tomar los trenes que sirvan al nuevo itinerario ferroviario entre Matiko y Etxebarri.
Una línea 3 que será gestionada también por Euskotren y entrará en servicio en 2016, cuando se concluyan esta estación del Casco Viejo, la cual se iniciará a lo largo del primer trimestre del próximo año, y la parada de Txurdinaga, retrasada por los graves problemas hallados en el terreno subterráneo.
Aunque la división de alturas no se modifica, los cambios que presentará la nueva infraestructura ferroviaria son radicales. El más importante es la creación de una gran zona de tránsito entre los nuevos andenes de la línea 3 que se van a construir y los actuales de la línea 1 y 2. Un hall de 1.000 m2 que se habilitará debajo de las vías por construir y que se apoyarán sobre un total de 16 estrechos pilares.
Un espacio suficiente amplio y holgado para poder albergar a los miles de personas en tránsito que cada día cambiarán de trazado ferroviario y reducir al mínimo las interferencias. Toda esta área tendrá una conexión directa con la calle, la misma que en la actualidad, y las correspondiente máquinas de expedición de billetes.
Intervención de calado La intervención sobre el terreno será también de calado. El escaso espacio con el que se cuenta para generar la nueva estación y el distribuidor inferior va a obligar a comer literalmente parte de la ladera pegada que se eleva hasta Mallona.
La previsión de los técnicos es ampliar entre dos y tres metros, según las zonas, la actual anchura del trazado y llegar a los 18 metros. También se excavará hacia lo alto hasta diez metros de la falda de la colina y todo ello a lo largo de los 80 metros de longitud que sumarán los nuevos andenes para poder acoger a los convoys nuevos que se comprarán para esta línea.
Con el fin de asegurar que no se va a producir desprendimiento alguno de tierra se construirá un muro de contención de hormigón armado de un metro de grosor y casi 23 metros de altura, cinco por encima de donde se instalará la cubierta transparente que evitará las inclemencias del tiempo a los viajeros. Un muro que irá anclado a la ladera y que asegurará toda la estructura.
La distribución de los nuevos andenes es muy limpia y suman distinta anchura. La zona de espera pegada a Mallona medirá casi seis metros, uno más que el anden de en frente. Ambos acogerán en medio las escaleras mecánicas y los ascensores, dejando para el final de la zona las escaleras fijas, las cuales también serán muy anchas, más de 3,5 metros. En esta cabecera de salida en dirección a Matiko es donde se ubicarán todos los cuartos técnicos y mecánicos necesarios para que funcionen el ferrocarril y estarán ocultos a los usuarios.
Solo una línea de canceladoras Otra novedad es que va a existir solo una línea de cancelación de billetes, con seis máquinas, la cual se ubicará a pocos metros de la salida al exterior. Hoy en día operan dos hileras de canceladoras para validar el barik u otro tipo de títulos, una para los usuarios de Euskotren en el hall intermedio, y otra ya en el distribuidor de la estación de la línea 1 y 2. El Consorcio de Transportes prevé que no se van a penalizar los transbordos entre las tres líneas de ferrocarril por lo que solo existirá un punto por el que se pasarán los billetes y desde el que se podrá acceder a cualquiera de las dos estaciones. Queda por decidir si se elimina la batería de canceladoras en uso en la estación de metro actual o se mantienen aunque no se cancele el paso por la misma como ocurre, por ejemplo, cuando un viajero tomar el ascensor a Mallona y aunque pase el barik no se le cobra si antes ha tomado el suburbano.
Otro cambio sustancial es la instalación de escaleras mecánicas y ascensores que permitan el tránsito entre los andenes a personas con discapacidad. Hoy en día desde la entrada de San Nicolás, el acceso a la estación del metro del Casco Viejo solo dispone de escaleras fijas, igual que para subir o bajar a los andenes de la línea a Lezama, aunque en este caso también cuentan con un ascensor en cada lado.
Con el intercambiador finalizado, se añadirán escaleras mecánicas y elevadores para acceder a los andenes de las líneas 1, 2 y 3, de forma que los discapacitados o personas con sillas de niños ya no solo tendrán como opción la boca de Unamuno para tomar el metro en el Casco Viejo.