Balmaseda. Cuentan en la biblioteca de Balmaseda que cuando los judíos abandonaron la península dejaron las llaves en la puerta de casa esperando volver. La villa encartada albergó una relevante aljama, la única de Bizkaia, y ahora recuperará la memoria de este antiguo barrio judío a través de gincanas turísticas que comenzarán en septiembre y de varios murales que recrean a una familia judía y recuerdan su expulsión a finales del siglo XV. Una de las pinturas presenta a una joven, precisamente, con su llave en la mano.
El mural realizado por el pintor Maikel Rivas en colaboración con varios voluntarios se encuentra donde estaba el antiguo barrio judío, en la entrada al Puente Viejo que conecta con el centro de la localidad. En la zona que hoy se llama San Lorenzo apenas se conservan vestigios de ese pasado. Solo la estructura laberíntica de las calles en comparación con la forma más almendrada de los cascos históricos medievales da pistas sobre la ubicación de "la única aljama que existía entonces en Bizkaia", indican en la biblioteca. Varios trabajos guardados en sus estanterías indagan en aquella época de esplendor de artesanos y mercaderes. "Una de las investigaciones de referencia es la del historiador de Balmaseda Ignacio Acasuso", precisan. Acasuso expone que hasta 1480 los judíos de Balmaseda estaban perfectamente integrados. Hacia 1474 "bajo el reinado de Enrique IV la aljama de Balmaseda era una de las más importantes de la corona, se calcula que vivían unas cien personas". Su traslado a un mismo núcleo "se debió a varias leyes promulgadas por los Reyes Católicos para que, vistos los problemas que se empezaban a producir entre cristianos y judíos, estos tuvieran unas mínimas garantías de supervivencia".
Medidas como la prohibición de matrimonios mixtos entre ambas religiones elevaron la tensión hasta que se decretó la expulsión de los judíos en 1486. "No se sabe qué sucedió, pero mucha gente importante les debía dinero", deslizan en el museo de historia local. En cualquier caso, "pidieron ayuda a los Reyes Católicos a través del condestable de Castilla y obligaron a readmitirlos". Más tarde se alcanzó un acuerdo: en 1488 se comprometieron a irse y el Ayuntamiento a comprar sus bienes. Solo cuatro años más tarde Isabel y Fernando cambiaban de opinión, ordenando la marcha de los judíos de los reinos de Castilla y Aragón.
inscripciones Balmaseda no ha olvidado estos acontecimientos. De hecho, los reconstruyó en la representación popular del mercado medieval de 2012. Desde el 22 de septiembre quienes quieran saber más podrán participar en las ginkanas por la localidad, cuya inscripción está abierta en la dirección electrónica albanta@albantaluz.es.
¿Y si la visita despierta recuerdos transmitidos durante generaciones? "Se dice que vecinos que han ido de viaje por Turquía u Oriente Medio han vuelto muy sorprendidos de que los lugareños conocieran el nombre de Balmaseda y les hablaran de un Puente Viejo. ¿Verdad o leyenda urbana? No lo sé...", lanzan en la biblioteca con misterio.