BILBAO. La nueva infraestructura contribuye a la mejora de la calidad de vida de las personas y pone fin a cuatro décadas de tránsito de miles de vehículos a tan solo unos metros de las viviendas próximas a los antiguos accesos a Bilbao por el suroeste de la ciudad.La alternativa construida por la Diputación Foral de Bizkaia aporta una solución de ingeniería viaria para quienes accedan o abandonen la capital vizcaina por San Mamés. Estos nuevos accesos, unidos a los ya existentes, facilitan el tránsito y cierran el anillo urbano de la ciudad.

Un gran reto técnico y humano

De presupuesto total de 215 millones de euros, 156 corresponden a la obra civil y el resto a las instalaciones relacionadas con los túneles, asistencia técnica, expropiaciones y otros servicios. En este último apartado destaca la inversión realizada en el complejo sistema antiincendios por agua nebulizada, probado con éxito durante uno de los simulacros realizados en el túnel de Bentazarra.

Durante el desarrollo de los trabajos, se han extraído 730.000 metros cúbicos de tierra, roca y otros materiales. Además, se han utilizado 13.500.000 kilogramos de acero, 100.000 metros cúbicos de hormigón, 50.000 toneladas de aglomerado, 75.000 metros lineales de micropilote, 13.000 metros lineales de pilote y 35.000 metros cúbicos de grava-cemento.

La infraestructura definitiva está compuesta por cuatro falsos túneles, de 110 a 340 metros de longitud (Santa Ana, Santiago, San Nicolás y Bentazarra); cuatro viaductos, entre 57 y 323 metros, y un túnel excavado bajo Altamira, con una longitud de 351 metros.

La remodelación de los accesos a Bilbao ha supuesto un gran reto técnico y humano que ha afectado a una vía con gran volumen de tráfico como la autopista A-8, con la dificultad añadida del mantenimiento de la circulación durante el desarrollo de las obras.

La nueva disposición de los accesos a Bilbao por San Mamés implica la liberación de espacios urbanos afectados hasta ahora por la presencia de anteriores infraestructuras así como la generación de nuevas zonas de esparcimiento. Los vecinos y vecinas de Lezeaga, Bentazarra, Santa Ana, Altamira, Basurto y Olabeaga contarán con hasta 70.000 metros cuadrados de espacios libres de tráfico. En el caso de Bentazarra, el soterramiento del tronco de la A-8 conlleva la unión definitiva con Lezeaga y la desaparición de un histórico obstáculo urbano para los residentes en la zona.

La ventilación en los túneles

En los nuevos accesos a Bilbao se distinguen tres tipos de ventilación: la sanitaria, necesaria para expulsar el aire viciado de los túneles y renovar así el aire contaminado por las emisiones de los vehículos; la de incendios, con un empuje mayor al de la sanitaria y que permite expulsar los humos por la boca de salida una vez ha finalizado la evacuación de los túneles; y la de la galería de evacuación.

Para la protección contra incendios se ha dispuesto un cable sensor lineal en el interior de los túneles que detecta las variaciones de temperatura. Esta instalación se completa con un sistema de extinción de incendios mediante bocas de incendio equipadas (BIEs), situados a una distancia máxima entre sí de 50 metros, e hidrantes de arqueta en el interior de los túneles. Asimismo, los armarios de los postes SOS (ubicados cada 50 metros) y los armarios adyacentes a las BIEs instaladas fuera de los nichos contienen extintores móviles de 6 kilos.

Agua nebulizada

Estas medidas de protección contra incendios se han extremado en el túnel de Bentazarra, en el que se ha dispuesto un innovador sistema de agua nebulizada del que sólo disponen una decena de túneles en todo el mundo. Este sistema tiene como objetivo confinar el foco del incendio haciendo que no se propague al resto de turismos que puedan estar dentro del túnel y facilita así la labor de extinción por parte de los equipos de emergencia.

La eficacia del agua nebulizada radica en la alta presión a la que se proyecta el agua, que consigue miles de gotas con una gran superficie específica que consiguen un intercambio de calor con el fuego que hace que la temperatura en el entorno baje rápidamente.

En el caso del túnel de Bentazarra, este sistema está diseñado para potencias de fuego de hasta 30 megavatios, equivalente a la que tendría el incendio de un vehículo pesado.

Para su implantación, se ha dividido el túnel en 21 secciones de 24 metros de longitud cada una, que abarcan la totalidad del ancho de los tubos del túnel. Estas secciones se han creado porque el sistema funciona activando el agua nebulizada en la sección en la que se ha detectado el incendio y también en la anterior y posterior, lo que contribuye a confinar el foco del incendio con mayor eficacia. El agua se rocía a más de 70 bares de presión en el conjunto de estas tres secciones, para lo cual se utilizan 36 bombas de 36 kilovatios cada una que se alimentan desde un depósito de 300 metros cúbicos.

Instalaciones telemáticas y de gestión del tráfico

Las medidas de seguridad incluyen también la utilización de los sistemas telemáticos y de gestión del tráfico.

Los primeros están compuestos por las estaciones de toma de datos, que permiten obtener información sobre el estado de la circulación de vehículos; el circuito cerrado de televisión, que proveerá al Centro de Gestión de Túneles de Malmasín las imágenes de tráfico procedentes de las cámaras instaladas y sirve para detectar incidentes y valorar su gravedad; el sistema de detección automática de incidentes, que dará la alarma justo después de que el incidente ocurra; la megafonía, y el cable radiante que facilita las comunicaciones a los equipos de emergencia en el interior de los túneles.

En cuanto a las instalaciones de gestión del tráfico, se componen de las barreras de acceso a los túneles, instaladas en las bocas de los mismos para poder cerrarlos a la circulación en caso de incidente grave; el sistema de comunicaciones, integrado por dos estaciones remotas universales redundantes de túnel; el centro de control (el Centro de Control de Túneles de Malmasín gestionará todos los sistemas y equipos instalados a través de un gestor de incidentes automático integrado) y las aspa-flechas, paneles de limitación de velocidad y de mensaje variable y espiras para conteo de vehículos, además de los detectores de gálibo existentes en el exterior de los túneles.