Balmaseda. No podemos escapar a la influencia de las apariencias, al menos en un primer momento. De ahí que para un establecimiento, tener un buen original puede ser un imán para los clientes en plenas rebajas. El escaparatista de Balmaseda Gonzalo Santamaría, ganador de varios premios del concurso de la Cámara de Comercio, es el artífice de originales diseños que sorprenden a los vecinos.

¿Por qué es importante el escaparate de una tienda?

Es lo primero que se ve nada más entrar, la carta de presentación. Cada uno expone lo que tiene en un espacio reducido. En definitiva, una tarjeta de visita. Si el escaparate llama la atención, entras.

Y, ¿qué hace falta para que el cliente se anime a cruzar la puerta?

Originalidad y una buena luz. Un escaparate sencillo, pero bien iluminado puede quedar muy bonito sin necesidad de gastar mucho dinero. Por ejemplo, este año el presupuesto que había para materiales en el concurso de la Cámara de Comercio eran 30 euros. Ha habido que utilizar el ingenio con objetos reciclados, etc.

¿Qué es lo más raro que ha llegado a emplear?

Déjeme pensar... Una flanera con un motor que giraba un maniquí con ella.

Hace falta ser un poco ingeniero...

Sí, probamos con diferentes materiales. La muñeca estuvo en un escaparate de Sodupe. Iba en una caja de música y la flanera era la base para que la muñeca girase. Creo que todavía sigue dando vueltas (risas). También es habitual encontrar objetos recuperados de contenedores de basura. Los palés y otros artículos reciclados ahora están muy de moda.

¿De cuál de sus obras se siente más satisfecho?

En 2012 hice una joya con chorizos para la carnicería Macías de Balmaseda y este año un vestido de novia también elaborado con chorizos, al estilo del famoso traje de carne de Lady Gaga.

Aunque el material es un poco difícil de encajar, porque se estropea, a la gente le llama mucho la atención.

Además, deben tener en cuenta las reducidas dimensiones de los locales del casco histórico de Balmaseda.

A mí, en general, me gustan más los sitios pequeños que los grandes. Son más coquetos y recogidos. Un escaparate grande da margen para colocar más cosas, pero no siempre es mejor. Por ejemplos, en las joyerías solo hay un rectángulo en el que se localiza la mirada, a pesar de que también tengan ventanales enormes.

¿La gente se fija en el envoltorio?

Sí, en Balmaseda hemos conseguido crear esa cultura, sobre todo en Navidad. Los vecinos pasan, preguntan... Incluso hay quien sale de casa solo para dar un paseo por mirar el escaparate. Durante el resto del año también nos vestimos para San Severino, la Semana Santa o el Mercado Medieval. En mi opinión, es importante que lo haga todo el mundo. Hay que cuidarlo no solo en las navidades y yo lo hago en mi tienda.

¿Qué otras particularidades tiene la villa?

Nuestra situación geográfica en el centro de la comarca y también al lado del valle de Mena. Somos uno de los cascos históricos comerciales más fuertes de la comarca y todo está muy concentrado.

¿Le convence la peatonalización del centro urbano?

Es una de las grandes ventajas que se han introducido en los últimos años. En mi opinión ha sido un cambio a mejor. Antes los vecinos no paseaban viendo escaparates, porque no podían. No sé si se comprará más... Al menos se ve movimiento en la calle. Al final las grandes ciudades están volviendo a ese modelo.

¿Cuántas veces al año cambia el escaparate de su comercio?

Cada dos semanas, y siempre le saco una foto. El año pasado cuando se cumplió el segundo aniversario de la tienda de decoración tenía más de 30 en un año. La gente ya está esperando a ver qué voy a poner. Es otra manera de vender.

¿Existe el riesgo de que se opaque el producto de la tienda?

No debería. El escaparate deber ser acorde con lo que el cliente encontrará después.

El comercio on line hace que los consumidores cada vez pisen menos las tiendas, ¿hasta qué punto les perjudica?

También nosotros disponemos de esa opción. Yo tengo una página en Facebook y todos los días colgamos algún comentario o fotografías sobre nuestra actividad. Hay muchísimas visitas y otra gente de fuera que de otra forma no lo vería tiene acceso a los productos y los compra. Es otra ventana.

A pesar de las ventajas de la tecnología, ¿por qué es importante comprar en el pueblo?

Un pueblo sin comercio está muerto. Pienso que veremos una vuelta a las tiendas de toda la vida. De hecho, creo que eso ya está sucediendo. En las grandes superficies el comprador es un número.

¿Cómo se introdujo en este mundo del escaparatismo y el diseño?

Empecé delineación. Después me metí un poco en el mundillo y a raíz de eso empecé a hacer escaparatismo e interiorismo hace seis años. El escaparatismo es muy creativo y permite hacer cosas efímeras. Ahí está la gracia, se pueden llevar a cabo proyectos que no se hacen en la decoración al uso. Hace dos años y medio abrí la tienda de decoración, en plena crisis. Solo pido quedarme como estoy.