Lekeitio. "Mucha gente pero con los bolsillos encadenados". Así de gráfico era el resumen de un productor de la feria de Santo Tomás de Lekeitio que ayer llevó al nivel del mar los mejores productos agroganaderos de Lea Artibai. Lo cierto es que la imagen que presentaba Independentziaren Plaza, con más de medio centenar de productores locales, auguraba unas buenas ventas, pese a que las previsiones apuntaban una mañana lluviosa. El cielo dio una tregua a los baserritarras y aunque el viento molestó en exceso en algunas ocasiones, no interfirió en la labor de los productores ni de los compradores.
Desde primera hora de la mañana, cientos de personas se acercaron a la villa costera para disfrutar de los mejores productos de la huerta de una comarca a la que el sector primario, ya sea por mar o por tierra, ha aportado un marcado carácter.
Con más productores que nunca en el sector de las frutas y verduras -participaron un total de once productores en ese ámbito-, la organización destacó la presencia de media docena de baserritarras jóvenes de la propia localidad "que se han introducido con fuerza en el sector, algo que es de agradecer", indicaron. No en vano, y pese a coincidir con otras ferias de Santo Tomás más populosas como la de Bilbao o Donostia, Lekeitio ha mantenido la apuesta por una cita -este año ha sido el Ayuntamiento el que ha tomado las riendas de su organización- que siempre ha tenido un marcado carácter local. Y este año no ha sido menos.
Una vez más se celebró el tradicional concurso entre los baserritarras, en el que fue proclamado vencedor el markinarra Alejandro Arrieta. El responsable del caserío Xemengain, que resultó ganador también en la feria lekeitiarra del pasado año y en otras muchas ocasiones, se mostró satisfecho con el galardón recibido, aunque lamentó que "el ritmo de ventas ha sido inferior al de años anteriores".
Los productos clásicos de Navidad tuvieron mejor salida en la cita agroganadera costera, como la cebolla -2,5 euros el kilo-, las nueces -5 euros- o los puerros -2 euros cada manojo-. Y, sin embargo, las alubias no tuvieron excesivo tirón, pese a estar en plena temporada de consumo: "Tal vez porque la gente está más atenta a otros productos y, además, este año ha habido poca cantidad y está algo más cara", reconoció el markinarra. Así, la alubia roja se expedía a 14 euros; y la blanca, a 12.
Arrieta barruntó que ayer había en Lekeitio "más gente que otros años, pero parece que más por la labor de andar de txikiteo que de hacer sus compras". De hecho, fueron muchos los que se acercaron hasta los puestos que despachaban los grupos culturales y deportivos a degustar el clásico chorizo, txistorra, morcilla… "Aunque a mediodía ha habido más gente, creo que hemos vendido menos que otros años", evaluó Pedro, con doce años de experiencia en la txosna en favor del Sáhara. La hora del txikiteo, sin duda, animó a muchos a salir a la calle y disfrutar de la antesala del fin de semana en un ambiente agradable.
disparidad de opiniones La organización del evento reconoció que la impresión de los productores había sido dispar, dependiendo de los que se exponían. "Unos decían que habían vendido bien y otros, que no tanto", revelaban. Eso ocurría, por ejemplo, con Lourdes e Igor. Mientras la berrituarra se mostraba satisfecha con las ventas de pan y pastel vasco -"sobre todo, el surtido de Navidad"-, el markinarra estimó que habían "bajado las ventas con respecto al año pasado". Los productores se ubicaron en más de una treintena de puestos instalados en una céntrica plaza que sirve, también, como termómetro para pulsar el estado del sector primario de la comarca.
La feria de Santo Tomás lekeitiarra también suele dar cabida a los ganaderos. Y ocupan un papel importante, pese a que las ventas no se prodiguen en demasía con respecto a otros eventos -se ciñen casi exclusivamente a las aves-, y su presencia sirva más como muestra y disfrute para los más pequeños que como espacio para la venta de animales. Con todo, Lekeitio mantuvo su tradicional voto de fidelidad con una feria de San Tomás que muestra lo mejor de Lea Artibai.