LA agricultura forma parte de la vida cotidiana aportando los alimentos que se necesitan diariamente. A pesar de ello, la agricultura tiene diferentes niveles de calidad, y es que no se pueden comparar las aportaciones que ofrece una agricultura ecológica y "una agricultura intensiva a la que se le añaden productos químicos de todo tipo". Así lo contaba ayer Ángela Menica, una vecina de Larrabetzu que, por tercera vez consecutiva, ayuna durante dos días consecutivos. En esta ocasión, reivindicando el papel que la agricultura responsable juega en el mundo actual. "La agricultura ecológica tiene muchas consecuencias, no solo en un plano paisajista o en un nivel físico, son mucho más sanos que los productos hechos con químicos y también es una apuesta al futuro", señaló ayer en el huerto ecológico en donde ha instalado su tienda de campaña. "Alimentarse es algo fundamental. Si no somos capaces de cuidar la tierra, tampoco la tierra va a poder darnos los alimentos que tanto necesitamos", aseguró.

Esta es solo una de las reivindicaciones que lleva a cabo la iniciativa Ez Irentzi-No tragamos. Se trata de una herramienta de protesta, a la vez que de una proposición de soluciones saludables. La protesta de Ángela forma parte de una cadena de reivindicaciones con la que se denuncian situaciones sociales -recortes en Ciencias, los bancos...- a través de un ayuno de dos días.

"No queremos hacer algo grande un día y que luego desaparezca", justificó Ángela, "queremos ser tenaces y llamativos". Esta medida de protesta está inspirada "en esa situación en la que los pequeños de la casa se plantan y se niegan a seguir tragando aquello que no les agrada". Según los integrantes de Ez irentsi, ellos se se sienten de la misma manera, por lo que se niegan a "seguir tragando" acciones que van en contra de sus valores. Esta iniciativa desarrolla además una acción simbólica que consiste en donar el equivalente de lo que se ha dejado de comer a instituciones que ayudan a personas que son víctimas de esta situación.