Astrabudua. 808, 909... no es una progresión geométrica, aunque podría serlo, sino que se trata de dos de las salas del nuevo club de Astrabudua, Sonora, que abrirán sus puertas por primera vez este viernes. "Nos hubiera gustado hacerlo antes pero estamos contentos porque hemos podido plasmar la apuesta por la calidad que buscábamos", señala Diego, jefe de producción de Sonora, satisfecho por empezar a disfrutar de este proyecto de ocio que busca ser "referente de la zona norte".

Para ello, los 30.000 vatios de Sonora, "el doble que San Mamés, pero no de locura, sino perfectamente ubicados" serán fundamentales. "La combinación entre sonido y acústica es de lo que más orgullosos estamos", proclama mientras ultiman los preparativos algunos DJ y técnicos de sonido.

Para poder hacer realidad este proyecto se ha necesitado tiempo. Un antiguo pabellón industrial situado en la Ribera de Axpe, junto al metro de Astrabudua, ha dejado paso a un moderno club que ha mimado hasta el último detalle para ser diferente. "No buscamos ser una sala más, sino ser referentes", apunta. Desde el sistema de aire acondicionado "con el que nadie podrá decir que tiene calor" hasta una de las "joyas de la corona" como es la insonorización han sido perfectamente cuidadas. "Los técnicos de sonido institucionales que han venido a hacer los análisis pertinentes nos han dicho que es un búnker", asegura Diego. Con una separación de ochenta centímetros respecto a la pared original y gracias a la "doble lana de roca y un espacio de aire" no se escapará ni un vatio de sonido. Las paredes, oblicuas y con pequeños espacios entre los ladrillos, han sido diseñados para este propósito.

aforo La seguridad en una sala de semejantes dimensiones es clave. Por eso, dos salidas de emergencia cumplirán la normativa respecto al aforo legal, situado entre 1.625 y 2.000 personas. Además, una entrada principal, más otra de uso reservado, forman el dispositivo de acceso. Tres barras servirán a los clientes y cerca de medio centenar de personas harán posible Sonora.

Respecto a las salas, la denominada Bar ofrece un espacio con sesión de club con la mejor música de décadas prodigiosas como los setenta, ochenta y noventa -bolas de cristal incluidas- y que, sin duda, se convertirá en refugio para más de un nostálgico. Asimismo, la variedad de oferta musical permitirá cambiar según las emociones. La 808, territorio indie pop rock, deslumbrará con sus efectos visuales y sonoros. Los altavoces, colocados sobre raíles en el techo, "permitirán una acústica perfecta". Además, habrá un espacio para un público "de más edad", diferenciado en altura y que conectará con la sala de sofás que podrá ser "alquilada para fiestas". La 909 será "el paraíso de la electrónica" y junto a la 808 podrá convertirse en una gigantesca sala por medio de un telón retráctil. "Lo haremos para dar cabida a la sala de conciertos, con capacidad para entre 600 y 800 personas y un escenario de 48 metros cuadrados que puede desmontarse en una hora", aclara.

horarios Los conciertos se llevarán a cabo los jueves, viernes y sábados, de nueve a doce, mientras que los viernes y sábados, a partir de las doce, será el turno para las sesiones de club. "Los primeros jueves de cada mes realizaremos fiestas para el público erasmus, gente extranjera muy entendida a nivel musical", desvela Diego. Sonora no cerrará entre semana. "De lunes a viernes durante el día cederemos el local para determinadas actividades como talleres de mujeres, cursos de bailes, de break dance, clases de swing y, en definitiva, todas aquellas actividades que tengan que ver con la música". En este sentido, otro de los objetivos de Sonora es "ayudar a las bandas que están empezando y las cuales también tendrán su espacio si lo desean", concluye.