gatika
L A noche del día 5 la estrella que guiará a los Reyes Magos brillará de una forma especial sobre los tejados de Gatika. Y es que estos tres personajes de Oriente tienen que tener bien señalada la ruta para llegar a esta localidad que, año tras año, se vuelca en la celebración de un belén viviente y una cabalgata muy especiales. Treinta años lleva la agrupación local Intxurtxu Taldea organizando este evento, una cita que cuenta con el trabajo, la complicidad y la ilusión de los vecinos del municipio.
Intxurtxu lleva ya tiempo preparándolo todo para la cabalgata de este año. Apenas queda la compra de los más de 50 kilos de caramelos que se repartirán, y mañana subirán al monte en un tractor para recoger ramas que han caído a causa del viento para montar el pesebre.
Hace cosa de un mes que comenzó el reclutamiento de voluntarios para encarnar los personajes que conforman la puesta en escena: Reyes Magos, pajes, pastorcitos... Y por supuesto, el Niño Jesús, que suele ser uno de los últimos bebés nacidos en el municipio. Este año el pequeño Kemen Larrieta, con poco más de cuatro meses de vida, encarnará al Niño, y sus aitas, Román y Oinatze, harán las veces de José y María. "Román ha sido Rey Mago durante muchos años", explica Leixuri Arrizabalaga, miembro de Intxurtxu, dejando constancia de la gran implicación de los gatikarras en este evento. Por otro lado, los dos angelitos del portal de belén, siempre son interpretados por dos niñas que vayan a hacer la Comunión ese mismo año.
Todo estará preparado para este jueves a la tarde, para la noche de Reyes. A las 18.30 horas, los tres Magos de Oriente saldrán del campo de fútbol acompañados por jóvenes pastores con antorchas y a ritmo de txistus y trikitixa. A la altura del bar Mirabilla, se les unirán los pastorcitos más chiquitines. "Los críos suelen llevar cestas con regalos para el Niño Jesús: pimientos, nueces, mandarinas...", narra Leixuri. Y recuerda que hace años los chavales le llevaban al Niño animales, como ocas o conejitos, una costumbre que tuvo que suprimirse por el alboroto que se organizaba si se escapaba alguno. Antaño, los propios Reyes Magos desfilaban sobre caballos. "Pero los animales se alteraban con las volanderas y con el jaleo del frontón", explica Txetxu Martínez, presidente de Intxurtxu. "Así que ahora desfilan en tractor con los regalos", añade.
Una vez en el frontón donde aguarda el belén viviente, se procederá a leer en alto las cartas que los niños han depositado en el buzón real, se repartirán caramelos, y los chavales de Intxurtxu Taldea bailarán. También se llevará a cabo una rifa, con la que este año se sorteará una wii. Después, todo el que lo desee podrá bajar a disfrutar de la chocolatada que preparará la taberna Mirabilla.
recuerdos A lo largo de tres décadas, son muchas las anécdotas, los recuerdos que se amontonan en torno a este evento. Txetxu Martínez ha sido testigo de primera línea. No tiene para olvidar aquella cabalgata de hace 20 años en la que él hacía de Rey, y en la que arreció una granizada tremenda que le llenó la corona de pedruscos de hielo. Leixuri Arrizabalaga y María Fernández son más jóvenes, pero tienen a sus espaldas años de compromiso con el grupo y la cabalgata. Y aunque han sido testigos de cambios, lo cierto es que este acto conserva la raíz de sus inicios. "No nos gusta cambiar o innovar", explica María. "Se conserva la esencia", añade Leixuri. "Puedes hacer mil maravillas, pero somos un grupo modesto, de un pueblo modesto, y aquí lo importante es el belén y que vienen los Reyes; los niños vienen a verles a ellos, no a vernos a nosotros cantar o bailar", enfatiza. "Recuerdo la ilusión que nos hacía de pequeñas. ¡Nos lo creíamos todo! Hoy, formar parte de la organización es muy bonito, ver que ahora los niños viven esa ilusión", destaca Leixuri.
Una ilusión que los gatikarras se han cuidado de conservar, y prueba de ello está en los mil detalles que demuestran su implicación. "Todos los trajes están cosidos por amas y amamas de Intxurtxu", subraya María. Y destacan que las otzaras para llevar los caramelos las presta siempre el caserío Landabide, y que la cunita de madera del Niño es una pieza de unos 80 años de antigüedad, que pertenece a los Arruza que la prestan año tras año. También el cura del municipio, Jesús Etxebarria, brindó los tres sillones en los que se sientan los Reyes Magos.
Y entre tantos buenos ratos, ha habido algún sustillo, como el año en que los Reyes hicieron uso de su magia para desaparecer, coincidiendo sospechosamente con el partido del Athletic contra el Barça. Hubo quien los vio por Pozas... La cuestión es que tuvieron que buscar en el último momento a voluntarios que quisieran sustituir a estos Magos de Oriente, narran riendo Leixuri y María.
Ahora queda disfrutar de esta noche mágica y los miembros de Intxurtxu animan a niños y grandes a vestirse de aldeanos para acompañar a los Reyes en su kalejira.