UnA vieja anécdota revolotea alrededor de esta crónica. Conociéndola, no cesará hasta posarse así que dejémosla que lo haga cuanto antes. Una personalidad célebre de cuyo nombre no consigo acordarme recibió un papel en el que podía leerse la palabra "Imbécil". Se detuvo un par de segundos ante el papel y dijo: "Acostumbro a recibir amenazas anónimas: esta es la primera firma que recibo sin amenaza".
Viene al caso la historia hoy que el asunto cabalga entre la firma de prendas deportivas Errea (Edu Alonso y Jon Pérez, Bolo como embajadores de la marca parmesana...), que acaba de abrir un hermoso local a la altura del número 4 de Ribera de Axpe y la rúbrica que han estampado los comercios de la villa, a través de Bilbao Dendak, en un convenio de colaboración con la BBK: una línea de financiación de 30 millones de euros destinados a fomentar la competitividad. Con Inés Monguilot y Ana Churruca como hadas madrinas de la entidad financiera, la sala Elcano se convirtió en carroza (nunca ha sido, ¡válgame Dios!, calabaza...) a cuyo pestante se subieron representantes de muy diversas asociaciones de comerciantes de la villa, desde Javier López, presidente de Bilbao Dendak, la institución que deshojaba la margarita, a Jon Aldeiturriaga pasando por Julia Diéguez, Abel Txarkan, Javier Ibáñez, Emilia Pérez, Begoña de la Cruz, Ana Berta Campo, Blanca Uriarte, Ramón Irastroza; el presidente de Bilbao Centro, Félix Usunaga, Manuel Herrera, Montserrat Pérez, Pilar Peña o Jon Ander Ibarra, quien ya emprende la cuenta atrás para la reapertura completa del mercado de La Ribera. El convenio ofrece una cuenta de crédito al comercio, fórmulas de ahorro y diversos modelos de préstamo, toda una batería de cláusulas pensadas para poner en órbita a 1.700 comercios de Bilbao que podrán aferrarse a ese ancla de resistencia.
Mientras, uno tras otro, presidentes y gerentes de diversas asociaciones de comerciantes desfilaban a estampar su rúbrica en un documento esencial para el futuro de su gente, el número cuatro de Ribera de Axpe se convertía en una pasarela del mundo del deporte. Allí la firma tiene otro valor: el del prestigio y la sensación de que, al enfundarse una prenda deportiva de calidad, uno adquiere energía extra. Tras cuatro años de servicio en la penumbra de una nave industrial, la firma Errea, especializada en dar servicio a colectivos, equipos e insituciones, baja a pie de calle de la mano, ya está dicho, de Edu Alonso y Jon Pérez, BoloAyer respaldaron ese descenso a la calle jugadores del Athletic como Markel Susaeta y Óscar de Marcos; el motorista Efrén Vázquez, viejos compañeros de fatigas en el fútbol como Dani, Andoni Goikoetxea (Errea vistió al Numancia cuando él lo gobernaba...), Edu Estíbaliz, Iñaki Lafuente, Imanol Etxeberria o José Félix Guerrero entre otros; Gorka Bidaurrazaga, entrenador del Apurtuarte, Roberto Laiseka, Iñaki Zarate, Beñat Intxaurraga; la diseñadora de moda Miriam Ocáriz, acompañada por Carlos Rui-Wamba, José Alonso, Jon Álvarez, a quien conocen por El carpin, Josu Agirrebengoa, Juan Pedro Guzmán, Félix Amezaga, Joseba Benítez, Gontzal Ortuzar, Ander Etxebarria, Mikel Elorriaga, Juan Carlos Aparicio, Lander Mendizabal, Jon Odriozola y un buen número de amigos y usuarios de una marca que se abre paso en un mundo complejo. Gente del fútbol, ya digo, pero también del rugby, del baloncesto o del voley que disfrutaron de una inauguración, engalanada por el catering de La Roca del Fraile, el restaurante vecino donde José Mari Agirre y Luis Ángel Larrondo hacen de la gastronomía una de las bellas artes.