Bilbao. Una nueva estrella, la que luce Fernando Canales en su mandil, iluminará a partir del próximo mes de enero las tranquilas aguas de la bahía del Abra. Remontando la corriente de la crisis, el cocinero bilbaino zarpará a primeros de 2012 desde el Palacio Euskalduna, donde regenta el aplaudido Etxanobe, para descender la ría del Ibaizabal y arribar a la playa de Ereaga. Allí pretende levantar el nuevo faro de la pujante Bizkaia culinaria, en cuyo firmamento lucen, incluida la suya, siete de las estrellas que otorga cada mes de noviembre la prestigiosa guía gastronómica francesa: el Azurmendi de Eneko Atxa (dos), el Boroa de Javi Gartzia, el Zortziko de Dani García, el Andra Mari de Patxi Asua y el Etxebarri de Víctor Arginzoniz completan la sobresaliente colección.

No ha elegido Canales un emplazamiento al azar, sino que ha localizado un promontorio de sobra conocido, el restaurante Tamarises, uno de los locales más emblemáticos de la costa vizcaina, vinculado desde sus orígenes, que se remontan a 1936, a la más selecta burguesía de Neguri (argumento que lo convirtió en objetivo de una bomba que colocó ETA en sus lavabos el 23 de junio de 2003, sin causar daños humanos pero sí cuantiosos destrozos materiales). "Yo te diría que la terraza del Tamarises es no ya la más privilegiada y cotizada de Bizkaia, sino de todo Euskadi", resumía ayer de forma gráfica un miembro activo de la vida empresarial y gastronómica vizcaina al tanto de la operación.

Los Lazcano se jubilan Canales (Bilbao, 1962), que ya gestiona el Etxanobe y el Akebaso, amplía sus ambiciosos horizontes gastronómicos gracias a la convergencia de dos intereses: el suyo de ampliar el negocio, y el de la familia Lazcano (dos nietos del fundador, Jesús Lazcano, siguen al frente del negocio) de procurarse un merecido retiro. Según fuentes conocedoras de la operación, llevaban los Lazcano un cierto tiempo tratando de alquilar el local. El primer paso de su ordenada retirada ya lo dieron el 1 de noviembre de 2007, hace ahora cuatro años, cuando decidieron segregar las dos actividades del negocio familiar: el hotel y el restaurante. Fue entonces cuando alquilaron el hotel, de tres estrellas y 42 habitaciones, a la cadena High Tech, que en aquellos años de frenética actividad inmobiliaria y crecimientos anuales del 4% apostaba de forma decidida por un establecimiento en primera línea de playa a menos de media hora del centro neurálgico de Bilbao. Por primera vez en más de 70 años, la familia Lazcano se deshacía de parte del negocio. Con la llegada del nuevo año darán el segundo y definitivo paso al alquilar su restaurante a Canales, un valor seguro de la gastronomía vasca y estatal.

Canales, eso sí, seguirá volcado en el Etxanobe, la joya de su corona culinaria, y en su frenética actividad mediática (radio, televisión, seis libros, un DVD, internet, redes sociales...). Por ello, colocará al frente de los fogones del Tamarises a uno de sus dos hombres de confianza, Javier Izarra (el otro es Mikel Población, que seguirá en el negocio sito en el Euskalduna). Izarra dirige en la actualidad el reputado Akebaso, sito en Atxondo, en las faldas del Anboto, un paraje de una majestuosidad solo comparable a una puesta del sol al oeste de Punta Lucero.

desde febrero o marzo La operación la ha materializado a través de la sociedad Inversiones Rises, que opera desde septiembre de este año con el objeto social declarado de la realización de "actuaciones relacionadas con la hostelería, compra, venta, explotación y representación de bar, restaurante" y que ha fijado su domicilio en el Muelle de Ereaga, 4, que no es otra que la del restaurante Tamarises. Canales figura como administrador único e Izarra como apoderado.Los Lazcano podrán despedirse de su clientela ya que explotarán el bar y el restaurante hasta pasada la próxima navidad. Y a mediados de enero dejarán paso al equipo de Fernando Canales. Tras las obras pertinentes, el nuevo negocio podría abrir sus puertas hacia febrero o marzo.