El elixir que alegró la vida a aquel piloto...
Tiene mi Cuba un son y una cantina, hecha de caña y ron y agua marina...". Cantada al ritmo caribe, la letra de la vieja canción de Sergio y Estibaliz cimbrea hoy sus caderas al compás de la última creación de ron Bacardí, el Bacardí Elixir, heredero de aquellos otros que nacieron en la pequeña destilería levantada en un cobertizo con viejos alambiques, tanques de fermentación, barriles de añejamiento y una colonia de murciélagos por Facundo Bacardi un 4 de febrero de 1862. Cuenta la leyenda que aquel negocio familiar creció con brío en una época en la que mucha gente no sabía leer. En respuesta a esa desgracia, la familia buscó una marca que les identificase ante el pueblo cubano. La solución la dio la esposa de Don Facundo, Doña Amalia: los murciélagos que vivían bajo el techo del cobertizo, considerados a la vez un símbolo de buena suerte y protección.
De aquel sotechado a las barras más sofisticadas del mundo, el salto de Bacardí ha sido digno de alabanza. Y, sin embargo, la vieja empresa asentada hoy en Puerto Rico acaba de lanzar al mercado, ya digo, un nuevo producto: el Bacardí Elixir. Se trata de una bebida espiritosa elaborada a base de ron y aromatizada con caña de azúcar tostada, un ingrediente que realza el sabor y potencia el juego del ron con los refrescos de cola. Los 20º grados que se anuncian en la etiqueta anuncian el músculo de esta nueva creación, un homenaje al que ya tomó en 1862 el primer piloto que aterrizó en Santiago de Cuba. Con ello se quiere celebrar el 150 aniversario de la fundación de la empresa, varias vidas juntas.
Ayer se presentó en sociedad en el Edificio Ensanche de Bilbao, de la mano del director comercial de la casa en España, Emilio Folqué, y la directora de marketing, Marta Bordas. Junto a ellos, Julio Belio, Carlos Martínez y Miguel Gómez dieron rienda suelta a la noche donde se observó, en primicia, el spot promocional creado por la firma para el lanzamiento de una bebida llamada a revolucionar -nunca mejor encajado el verbo...- el mercado del cuba libre. Las imágenes rodadas por David Kampa impactaron entre los presentes, bien servidos de cubatas y mojitos durante la larga noche.
Entre las mesas de pie y la oscura atmósfera, hábitat natural del murciélago, se movieron los invitados, muchos de ellos procedentes del mundo de la hostelería. Así en el viejo mercado se dieron cita José Antonio Nielfa La Otxoa, el locutor radiofónico Carlos Arces, imagen andante de los 40 Principales por estas tierras; Mikel Beltrán, Sonia Butragueño; el diseñador Óscar del Hoyo, Naiara Ballesteros, Nagore Gartzia, Nora Urrutia, Marisol Ugarte, Guillermo Zapater, Ander Urrutikoetxea y un buen número de barmansy gente de la barra que juega el destino de la noche de miles de bilbainos con un par de dados de hielo.
Entre penumbras, ya digo, salió la luz de este elixir que eleva a los alegres espíritus. Iluminó a los presentes, entre los que se encontraban María Viñayo, Miriam Sanz, Eva Soto, Verónica Pérez, Alicia Aranguren, Gloria Markaida y una legión de invitados que se sumergieron en el embriagador (¡ojo! No tomárselo al pie de la letra: es una licencia literaria...) ambiente, digno remedo de las propiedades de Batman. No fueron las únicas. Se sumaron a ese mundo singular Sergio Lanciano, Alexia Gordillo, Julen e Itxaso Palomino, Cristina Albeira, Roberto Artolatxipi, David Monge, Jennifer Gutiérrez, Igor Elezkano, Iñigo San Miguel y las actrices Itziar Lazkano, Nati Ortiz de Zárate y Loli Astoreka, todos ellos entusiastas de una bebida mulata, carne de piratas.