ESCOJO la bici porque es sana, ecológica y barata", apostilla Irune Duce, una getxotarra que ha sido galardonada en la Semana de la Movilidad de Getxo -impulsada de forma pionera en Euskadi por el Ayuntamiento para concienciar sobre la necesidad de apostar por el transporte sostenible- por se la persona que más veces ha utilizado el servicio de préstamo de bicicletas Getxo Bizi en 2010. "La utilizo todos los días, para ir a trabajar a Las Arenas, mañana y tarde", explica. En total, una docena de kilómetros al día, pedaleando, a golpe de riñón. Hasta con sirimiri. Así, Irune alcanzó los 636 usos durante el pasado año.
Irune, de 44 años, vive en Algorta, a escasos metros de las instalaciones deportivas de Fadura. Allí existe un punto de préstamo del servicio automatizado Getxo Bizi, donde los vecinos y visitantes -siempre mayores de 14 años o menores autorizados por sus progenitores- pueden retirar una bicicleta, hacer uso de ella y luego dejarla en cualquiera de los diferentes puntos distribuidos por la localidad, siempre y cuando se hayan dado de alta. El servicio cuesta 10 euros para las personas residentes en Getxo y el Ayuntamiento, con apoyo de Diputación, lo puso en marcha hace 3 años con un desembolso de 12.000 euros.
Irune es la usuaria más fiel de Getxo Bizi. "Antes de que se llamara así, cuando era gratis, ya usaba las bicis. Son casi 5 años", explica esta getxotarra, que reconoce que, hasta entonces, no había pedaleado durante más de dos décadas. "Hombre, yo soy de caminar mucho y de gustarle el deporte, en general. De jovencita, incluso jugué al baloncesto. ¿La bici? Recuerdo que andaba mucho de joven con una que compartía con mi hermano. Pero desde aquellos años, nada de nada", apostilla.
Auxiliar de geriatría por cuenta propia, Irune utiliza las bicis municipales, cuyo servicio gestiona la cooperativa Emaus, para ir a trabajar a diario hasta Las Arenas. Pedalea entre el punto de Fadura y el del polideportivo de Gobela. En total, cubre casi una docena de kilómetros diarios. "Nunca me he preguntado cuántos kilómetros pude recorrer el año pasado", dice entre risas. Si descontamos un mes de vacaciones y restamos algunas jornadas tormentosas -"con sirimiri voy en bici, con chubasquero y paraguas; si no, cojo el metro"-, la cifra ronda los 2.500 kilómetros.
15 minutos Irune cubre el trayecto diario en unos 15 minutos, sea verano o invierno. "Siempre voy por el bidegorri porque me da miedo la carretera. Y si tengo que cruzar una acera me bajo, no me gusta molestar", explica antes de asegurar que "nunca he tenido ni una caída". Irune recomienda utilizar el servicio porque la bici ofrece "un transporte ecológico y que no contamina, me permite hacer deporte y estar sana y, además, ahorrarme cuatro viajes de metro al día". Por poner algún pero, la getxotarra lamenta que las bicis "pesan demasiado". "Se lo recomiendo a cualquiera, sobre todo ahora que llega el verano y la gente quiere adelgazar", concluye.