AQUEL pensamiento de Jacinto Benavente cuando se preguntaba por el valor de la vida si la pasión y la locura no pasarán alguna vez por las almas sobrevoló anoche el Palacio Euskalduna, cuando en el tercer acto de la ópera Lucia di Lammermoor, última de la temporada, Diana Damrau bordó el aria de la locura, un estado de ánimo que permite a la soprano desplegar todo un abanico de voces y registros, un sube y baja de la voz que sobrecoge a los espectadores y llena de pasión el teatro. Bendita locura la de Lucía, aseguran los melómanos, que guardan este aria en estuche de terciopelo con borches de plata.

Ese rapto de locura, ese punto culmen, fue el Everest de una tardenoche en la que la ABAO comenzó el descenso tras una temporada elogiada en medio mundo. Con la dirección de escena de Emilio Sagi y la dirección musical de Carlo Montanaro, la soprano Diana Damrau, el tenor Michael Fabiano, el barítono Ludovic Tezier y el bajo Simón Orfila representaron una versión de Lucia di Lammermoor que se recordará durante años, al decir de quienes se recorren los escenarios de medio mundo, como buhoneros en busca de momentos mágicos. El escenógrafo Enrique Bordolini, el mago de luces, Eduardo Bravo y el vestuario ideado por Imme Möller contribuyeron a recrear esa extraordinaria atmósfera que dejó boquiabiertos a los espectadores en la tarde del adiós a la temporada número 59, toda una una vida.

Hubo, como acostumbra, una despedida institucional, presidida por el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes. Junto a él, hicieron acto de presencia Blanca Urgell, Ibone Bengoetxea, Javier Chalbaud, Félix Palomero, Mikel Cabieces, Alfonso Menoyo, Manu Salinero, Gloria Múgica, Carlos Gorostiza, Mariví González, Pilar Díaz, Germán del Valle, Alicia Calvo, Carlos Gorria, Begoña Bernal, Carmelo Flores, Maite de la Fuente, Begoña Ruiz de Erenchun, Jon Paul Laka y María Luisa Molina entre otros. No acudió, como estaba anunciado, la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, quien guarda luto por la reciente muerte de su hermano en un accidente de tráfico.

Dice una voz popular que el amor, en la Italia de Donizzeti, era una ópera. Dan fe de ello, de la intensidad de su trabajo, Federico San Sebastián, Cristina Hecht; el presidente de la asociación de libreros de Bizkaia, Kepa Torrealdai, Alfonso Basagoiti, el presidente de la Asociación Musical AlfredoKraus (AMAK), Txus Casado, José Miguel Vergara, Matxalen Hormaza, Ismael Gorostiza, Gloria Santa Cruz, Eugenia Salas, Juana Vidal, Arantza Ruiz de Velasco, Luis Zorrozua, Pilar García, Ignacio Martínez, José María Irurzun, Marian Escribano, Enrique Gaytán de Ayala, José Ignacio Goirigolzarri, Isabel Artaza, Iñaki Elorriaga, Juan Carlos San Martín, Iñigo Elizondo, María Jesús Garay, Clara Fraile, Xabier Urrutikoetxea, Natxo de la Cruz, Julen Martínez, Antonio Asua, Miren Hernández, Javier Urrutia, Yolanda Zubizarreta, Carlos González, Jon Mendiguren y un largo etcétera de socios y aficionados al bell canto que no olvidarán una noche de emociones buscadas y encontradas.