Un hombre al aire libre
Es un hombre al aire libre, algo cada vez más extraño en este tiempo de despachos y oficinas, de aulas y laboratorios, de fábricas y oficinas de desempleo, de estudios y barras de bar. Quiere decirse que nos hemos construido un universo bajo techo que nos protege, sí, pero también marca y define las fronteras, corta las alas a la imaginación. No es el caso, insisto, del pintor Iñaki de la Fuente,quien se reconoce autodidacta. "Yo he aprendido a pintar en los concursos al aire libre. Desde muy pronto acudí a ellos. Es donde realmente me hice el pintor que soy. Tenía que pintar mucho y muy rápido. A partir de ahí, sobre los diecisiete o dieciocho años, es cuando me puedo plantear en serio la pintura", recuerda.
Esa libertad del buen salvaje se traslada a los lienzos del artista. Se diría, viendo la exposición que acaba de inaugurar en el Colegio de Abogados de Bizkaia, que Iñaki es de los que creen que se pinta como se boxea: con el corazón, a pinceladas secas y calientes, casi violentas, y con la improvisación por encima del buen gusto. Vamos, que no es un pintor a la violeta ni de corte sencillo. Xabier Sáenz de Gorbea,prologuista del catálogo y amigo, lo dice de otra manera. "No es una pintura ilustrativa ni algo para todos los públicos. Tampoco tiene nada de juego ni de celebración festiva. Se trata del toque distorsionado cuyo sentimiento es bronco y huidizo, depurado hasta lo más hondo e intenso", asegura. Así hablan los hombres del arte.
Se preguntará el lector si algo tan cerrado, tan secreto y misterioso es capaz de atraer al público; si una puesta de largo como la vivida en el Colegio de Abogados de Bizkaia -siempre al filo del riesgo, siempre en la apuesta por artistas con voz propia...- puede ser motivo de fiesta. La respuesta es sí. La presentación de la exposición tuvo imán. A la misma acudieron el propio decano del Colegio de Abogados, Nazario Oleaga; Alberto Seco;el responsable de la Escuela de Práctica Jurídica, Aitzol Asla; Joseba Viar,quien bajo el aire de aristócrata decadente guarda una vasta cultura; Alberto Ipiña; Begoña Bidaurrazaga; Alejandro Zugaza; Isabel Murgialdai; Arantza de la Torre; Cristina Mendizabal; Ricardo Catania;el fotógrafo Patxi Cobo; Beatriz Salazar; Javier Agirre;el letrado Carlos Gómez Menchaca; Mikel Aizpurua y un nutrido grupo de gente donde se entremezclaban los abogados, gente de la casa, con los seguidores de la pintura de Iñaki, que también son legión.
Entre los presentes en una muestra bien diferenciada -casi puede hablarse de pintura ténebre y de obra colorista en las dos atmósferas de la exposición...- también se movieron Maite Viñas, Begoña Bilbao, Ana Berta Montero, María Lucía Pujana, Javier Riaño, Olga Zabaleta, Idoia Mugurza, Yolanda Martínez, Juan Carlos Irigoyen, Lorena Beitia,atenta a que todo transcurriese con fluidez en la tarde, Mikel Argote y un buen número de asistentes que disfrutaron de esta nueva aparición de un hombre que esquiva los dictados del arte canónico.
Y aun así, aun reconociéndose alejado de ese mundo académico que, a su juicio, tanto encorseta, la obra de Iñaki se encuentra en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Álava, Museo de Nicaragua, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Banco Privanza, Fundación B.B.V.A., Bilbao Bizkaia Kutxa, Juntas Generales, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia, Banesto, Hospital de Bilbao y Kultur Leioa. Es un claro síntoma de que los rebeldes, tarde o temprano, acaban por robarnos el corazón.