Aritz ya tiene mes y medio, tal y como cuenta su izeko Tamara, y no para de sonreír. "Qué tiemble Bilbao porque con esa sonrisa va a ir derritiendo corazones", advierte. "El enano tiene a toda la familia loca, como siga así de guapetón se va a convertir en el ligontxi de Iturribide", vaticina. "Musu bat izeko eta osabaren partez".