bilbao. Tiene isla y tiene mar. Tiene proyecto y visos de futuro. Tiene intención y un modelo a seguir. La ciudad gala de Nantes acude a Bizkaia en busca de inspiración. Y lo hace fijando su objetivo en el Puente Colgante y la futura isla de Zorrotzaurre de Bilbao.
A mediados del pasado mes de diciembre, una delegación de la capital francesa acudió a Portugalete para visitar el Puente Bizkaia. Esta era la segunda visita de los galos -viajaron en 2008-, interesados en recuperar un monumento histórico que ellos también tuvieron activo pero que, sin embargo, dejaron caer en el olvido de sus ruinas.
Desde hace unos años, Nantes ha revivido el espíritu industrial que construyó su puente transbordador y pretende que renazca de las cenizas un nuevo monumento digno de los escritos de sus más célebre vecino, el escritor Julio Verne. Un puente colgante del futuro, cuyo avanzado proyecto estructural precisa de datos concretos que lo avalen. De ahí, la visita guiada al Puente de Bizkaia.
"Nos pidieron datos de gestión, de mantenimiento, de cómo se procedió con la Unesco para la declaración del puente como Patrimonio de la Humanidad", relata José Antonio Dolara, responsable de Relaciones Institucionales de la infraestructura vizcaina.
La delegación francesa que viajó a Bizkaia justo antes de Navidad estaba compuesta por tres profesionales: un arquitecto y un ingeniero, "pendientes de todo lo relacionado con el funcionamiento de la barquilla y de los engranajes de la estructura", y un economista que "pidió datos referentes al número de pasajeros, ayudas, subvenciones... En fin, todas las cuestiones relacionadas con los números", explica Dolara.
No es casualidad que Nantes haya dirigido su mirada hacia el proceso de regeneración que está teniendo Bilbao. Ya en 2008, la primera delegación institucional francesa que visitó Bizkaia se mostró francamente impresionada con el proyecto que Bilbao y la arquitecta angloiraní Zaha Hadid tienen para Zorrotzaurre. Su conversión de un área eminentemente industrial a una selecta zona en medio de la ciudad, con viviendas, parques y proyectos culturales, pero sin olvidar su pasado económico, es precisamente lo que los galos pretenden proyectar en su propia isla que toma el nombre de la ciudad en la que está incardinada.
Y para unir el centro de la ciudad con este particular terreno prevén la construcción de un puente transbordador que, aunque con el mismo espíritu del vizcaino, presentará unas características que le confieren la etiqueta de excepcional.
paso del tranvía "La barquilla tendrá el doble de tamaño que la nuestra", explica Dolara, "ya que en ella podrá viajar hasta una unidad del tranvía que también recorrerá la isla. Por supuesto, también pasarán el tráfico de vehículos y los peatones".
El puente colgante de Nantes estará dotado, además, de ascensores y de un paso elevado muy particular. "En la pasarela tienen intención de colocar tiendas y boutiques a los lados del paseo, como si se tratara de una galería. Habrá restaurantes y cafeterías", explica Dolara.
En cuanto al material con el que se construirá el nuevo monumento, los galos están pensando en utilizar composite, ya que para ello cuentan con la colaboración de la empresa Airbus, afincada en la zona. Lo cierto es que, dependiendo de la mezcla de sus componentes, este material puede tener una resistencia similar al acero.
amigos del puente colgante Nantes creció en el siglo XX con la imagen de un puente colgante en sus calles. Sin embargo, el paso del tiempo y la desidia hizo que la vieja estructura terminara desapareciendo. Ahora, en el siglo XXI, un grupo de personas se ha unido para recuperar esa parte de la memoria histórica que un día se perdió en la ciudad ubicada al noroeste de Francia, en la zona del Loira. El proceso de regeneración que vive la localidad, concienciada de que había que renacer tras la desindustrialización y sus devastadoras consecuencias, despertó la inquietud de estos amigos del puente colgante que se han organizado en forma de sociedad.
Los primeros pasos fueron convencer a las autoridades de que esta nueva estructura, inspirada en la anterior, podría conferir a Nantes ese toque de excepcionalidad y, por qué no, convertirse en un importante reclamo turístico, teoría que la delegación francesa constató tras la visita realizada al Puente de Bizkaia en 2008.
Las instituciones aceptaron con buenos ojos el proyecto -el Ministerio de Fomento galo se sumó a él- y se comenzó a trabajar. Políticos, personalidades e, incluso alguna gran empresa de la comarca, como Airbus, se mostraron interesados. Ahora, el grupo trabaja en el estudio de viabilidad. El nuevo puente de Nantes está cada vez más cerca de convertirse en realidad y dejar de ser la ilusión de unos "locos" empeñados en recuperar el pasado de su ciudad.