Balmaseda. Las marcas visibles en el muro dan fe de las dificultad con la que los vehículos pesados atravesaban la curva entre el puente de La Penilla y el barrio de La Calzada en Balmaseda. "Muchas veces se empotraban por la falta de espacio", cuenta Antonio Torre, un vecino que recorre esta zona en su paseo diario. La situación ha mejorado ostensiblemente una vez concluidas las obras ejecutadas por la Diputación Foral de Bizkaia. Una intervención que ha servido para ampliar la vía, de forma que se ha dejado sitio a un carril para los peatones, además de eliminar la peligrosidad que entrañaban los giros.

Algo más de dos años y una inversión superior al medio millón de euros han sido necesarios para que la estructura (que une la avenida Encartaciones y el núcleo de La Calzada, y que también conecta con la carretera hacia Artziniega) deje de representar un peligro para los usuarios de la vía. En su lugar, unos lo utilizan como sitio de paso, mientras que otros siguen la ruta por el bidegorri que discurre paralelo a la vía con destino Villasana de Mena.

"Es una gozada salir del centro de Balmaseda y llegar a El Berrón andando. Más de un kilómetro de recorrido y sabiendo que tenemos nuestro propio sitio", añade Torre. "La verdad es que antes pasábamos con cierto miedo porque nos sentíamos desprotegidos y pensábamos que nos podía atropellar un coche en cualquier momento. Nada que ver con cómo lo han dejado", elogia otra vecina, que ya puede transportar con toda tranquilidad las bolsas de la compra hasta su domicilio. Los cortes de tráfico puntuales para completar los trabajos "han merecido la pena", a la vista del resultado, considera su marido.

Asimismo, se ha renovado la red de saneamiento en ese punto, según las directrices marcadas por la Dirección de Aguas. "Hace muchos años, pasaba un canal de agua que desembocaba en un molino. Estaría bien llenarlo de nuevo ", propone una residente.