Durango. Siete y media de la mañana. Hora en la que comienza el acto. Todo estaba listo para el esperada zezenak dira. Desde primeras horas de la mañana, agentes de la Policía Municipal peinaban la zona del Casco Viejo de Durango, invitando a los menores que veían a su paso a que no tomaran parte en la suelta de vaquillas. Gracias a la presencia policial, el tradicional acto festivo se desarrolló sin incidentes y sin la presencia de menores.

Con mucha expectación y también con mucha preocupación. Así se vivió la mañana de ayer en Durango a la espera de saber lo que ocurriría en la celebración del zezenak dira, después de una semana plagada de polémica y que ha llenado de preocupación tanto a los organizadores como a los vecinos de la localidad. La presencia de menores en la tradicional sokamuturra ha puesto en el punto de mira al Consistorio vizcaino. El objetivo era evitarlo ayer. La amonestación verbal del Gobierno vasco hizo que incluso la propia alcaldesa, Aitziber Irigoras, tomara cartas en el asunto e interviniera reforzando la seguridad y vigilancia del recinto con el fin de que no entraran menores en el mismo. Por eso, ayer fueron numerosos los agentes municipales que controlaron la presencia de menores en los puntos por donde transcurre la sokamuturra por el pueblo.

"Venían preparados para incluso pedir documentación, aunque no ha hecho falta", relataba un asistente, minutos antes de que diese comienzo la sokamuturra. El público se mostraba satisfecho por la respuesta tanto del Ayuntamiento vizcaino como de los padres y madres. "Nos ha venido muy bien lo que ha ocurrido, para que todos nos pongamos las pilas", enfatizaba otro de los habituales en los zezenak dira. "Más vale prevenir que después tener que lamentar", secundaba otro vecino del municipio vizcaino.

Objetivo CUMPLIDO Los durangarras se felicitaban, recién finalizado el acto, de que se hubieran cumplido todas las expectativas y de que todo había salido según lo previsto. "De buena nos hemos librado", decía uno. "Si no se hubiera cumplido nos podrían suspender la sokamuturra del año que viene. Sería una pena porque es uno de los platos fuertes en las fiestas de San Fausto", indicaba una mujer. Al margen de la vigilancia de menores, la sokamuturra se saldó con dos heridos leves. Uno de ellos tuvo que ser trasladado hospital de Galdakao para ser atendido de las heridas sufridas.

El Ayuntamiento de Durango, por su parte, había apelado a la responsabilidad de los tutores de los menores para que no intervinieran en el recinto, invitando a que éstos se situaran en las zonas destinadas para ellos, como son las gradas de la plaza de Santa Ana. Irigoras también señaló que tomaría "las medidas pertinentes que estuviese en mis manos", para evitar así la presencia de menores.