SU existencia constituye un refugio natural impactante donde se muestra en toda su intensidad el choque eterno del mar y la tierra. Uribe Kosta ofrece un reducto de emociones fuertes, un aislamiento del mundo fortificado en vibraciones mágicas. Los visitantes se sumergen en un encuentro intimista con los elementos apoyados en el legado invisible de la historia, que se hunde hasta los orígenes de la tierra y de la humanidad.
Barrika y Sopelana han sintetizado este mar de emociones: Kresalia. Esta misma denominación es la fórmula del proyecto turístico más ambicioso de la comarca, que planea abrir a la sociedad este paraíso natural. Los dos ayuntamientos han diseñado las bases de una ruta que proyecta los acantilados como una enorme aula medioambiental para descubrir sus tesoros ocultos.
Las dos localidades se inspiran en el modelo mancomunado arraigado en la comarca, que ha permitido el desarrollo de un gran número de servicios. A través de la figura de la fundación plantean crear una institución pública con autonomía de gestión.
"Queremos salir de los localismos. Los visitantes no tienen una referencia clara y en principio les da igual un sitio que otro", señala el alcalde de Barrika, Juan José Ezpeleta. Ambas localidades son las promotores iniciales del proyecto, aunque ya hay contactos para incorporar al resto de municipios de Uribe Kosta. Getxo está en la primera línea de parrilla y la puerta también se mantiene abierta para Plentzia y Gorliz.
valor medioambiental
Evolución de la tierra y el hombre
El valor medioambiental será el motor del recorrido turístico. "Refleja la evolución de la tierra y el hombre", destaca el alcalde de Barrika, Juan José Ezpeleta. Esta abrupta costa, con acantilados de 80 metros de altura que se precipitan al océano, ya despierta el interés de naturalistas y geólogos que llegan de manera individual.
"Nos consta que muchos barcos se paran para contemplar con prismáticos los acantilados", explica el primer edil. Los pliegues de estas enormes planchas de piedra cuentan con prestigio en la comunidad científica porque reflejan la configuración de la tierra tal y como hoy la conocemos.
Entre estos elementos geológicos destacan las dunas de Muriola y Meñakoz, tan singulares que se sitúan en lo alto de los acantilados. A lo largo de cientos de miles de años, estos depósitos acumularon los sedimentos que las corrientes de aire transportaban desde las calas.
Precisamente, en este último punto se proyecta el principal referente de la ruta, un centro de interpretación para difundir los hallazgos de la excavación arqueológica que se lleva a cabo en Zabaletxe. Los primeros resultados proyectan indicios de presencia humana con una antigüedad de 100.000 años.
La investigación confirma el valor estratégico de Barrika, que poseía un rico yacimiento de sílex, el mineral de mayor calidad para la fabricación de herramientas prehistóricas. Por este motivo, Zabaletxe se integraba en las rutas de los pobladores humanos desde los tiempos del Neanderthal.
divulgación
Exposición y mejores accesos
Los municipios quieren convertir el yacimiento en uno de los principales atractivos de la ruta con una exposición que difunda estos vestigios humanos con piezas originales de la excavación. El proyecto incluye el acondicionamiento de la zona para facilitar la llegada de grupos organizados mejorando el acceso y creando un aparcamiento.
Sopelana se proyecta como la puerta de entrada a la ruta aprovechando sus privilegiadas comunicaciones con el corredor de Uribe Kosta, que desemboca en los mismos arenales. En los acantilados sopeloztarras se plantea una gran oficina de turismo comarcal.
Este local aspira a convertirse en la base del turismo promocionando los atractivos de las localidades. "Por separado no podemos hacer mucho. Se trata de ofrecer toda la comarca y que sea el visitante el que decida", señala el teniente de alcalde, Josu Landaluze.
La ruta plantea más actividades para conocer algo más que surf. Para ello, se proponen visitas guiadas por tierra y mar para divulgar el patrimonio arqueológico y geológico de los acantilados. El programa integra también al puerto de Plentzia como base de salida de la ruta marítima. El planteamiento incluye a la ría como un entorno de interés por la posibilidad de practicar actividades deportivas.
El proyecto de parque temático aprovecha, asimismo, recursos actuales como las sendas que atraviesan los acantilados. A este respecto, Sopelana negocia con Costas la prolongación hasta la playa de Atxabiribil, en el límite con Barrika, del camino que comunica al arenal de Barinatxe con los acantilados getxotarras de La Galea. En el resto del itinerario hasta Plentzia se quiere reforzar la señalización para favorecer a los senderistas.
El parque temático se complementará con la propia oferta local de los municipios. En el caso de Sopelana, se aporta la ruta dolménica de Munarrikolada, que se reforzará antes de fin de año con una señalización renovada. Esta área también tiene restos funerarios con 5.000 años de antiguedad. Sopelana incluye, además, vestigios del Cinturón de Hierro de la Guerra Civil.