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La huella fósil de un viejo oficio

La huella fósil de un viejo oficiofoto: j. lazkano

los orígenes de cada palabra provocan felices coincidencias e incitan al juego del doble sentido. Así, la etimología griega de "farmacia" concede al término dos significados -"medicamento" y "veneno"- que ayer se aunaron en la inauguración de la muestra Un paseo por la farmacia. De los romanos a nuestros días, dispuesta en la sala Ondare de María Díaz de Haro. Botámenes y etiquetas, libros recetarios, armarios del siglo XIX (Amaia Basterretxea, desde sus tierras del Museo Vasco, hizo el préstamo para la ocasión...), balanzas y demás artilugios de boticario recopilados por Carlos Arrieta recrean la huella fósil de un viejo oficio y muestran el armazón, la raíz y el tuétano de los medicamentos. A su vez, la exposición expresa cómo el veneno de la historia farmacéutica se ha adueñado del propio Carlos y de quienes, como él, guardan testimonio gráfica de una época que se fue. Tan entusiasta ardor se plasmó en una petición insólita por parte del historiador al alcalde Iñaki Azkuna, presente en el acto. "¿No tendrá usted un edificio vacío para llenarlo con el Museo de la Farmacia...?", preguntó. Sólo faltó que el propio Azkuna se tantease los bolsillos, por ver si llevaba alguno suelto encima. Hubiese sido digo de Berlanga...

Todo tiene un porqué. La exposición conmemora el centenario de la fundación del Centro Farmacéutico Vizcaino, embrión de lo que hoy es Unicefar-Cofares, un sólido almacén de distribución que hoy recoge los frutos de aquella primera cosecha, capitaneada por Jesús Arístegui en 1910. El vicepresidente de la cooperativa Unicefar-Cofares, Juan Ignacio Güenechea, ejerció de maestro de ceremonias en una presentación espolvoreada con gotas de buen humor. Mientras se bromeaba con un homenaje al mortero, pieza maestra de la botánica farmacológica desde hace al menos dos mil años, el propio Azkuna recordaba que ya existen robots en las farmacias, criaturas autómatas frente a las que el viejo mortero parece una antigüalla. "Vamos desde los polvos de talco a los robots", exclamó el mandatario.

Escucharon sus palabras la directora de Farmacia del Gobierno vasco, Paloma Acevedo; el concejal de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao, Sabin Anuzita (recogió el testigo de Azkuna, quien le pidió a Carlos que visitase el recién remodelado edificio de Harino Panadera por ver si Sabin le hacía un hueco a su museo, "siempre y cuando tenga el nivel que requiere Bilbao..."); José Luis Merino quien durante años regentó la galería Grises de Bilbao; Antonio del Barrio Marín, Juan Uriarte, Germán Martínez Azurmendi, Francisco Javier de la Colina, Eduardo Lezcano; el gerente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia, Ibon Etxeberria, y su director técnico, Juan del Arco; Jon Iñaki Zarraga, María Ángeles González, Idoia Mendizabal, Mikel Odriozola, Inés Etxebarria, Jon Arrieta, Carlos Arrieta, hijo, Izaskun García Lahidalga, Mavi Herrán de Lemi, Txema Eiros (es uno de los motores de Cofares Bilbao...). Crsitina Redondo, Iñigo Odriozola, Mikel Barandiaran, Juan Martín, Begoña Posadas, Elena Rodríguez, Miguel Ángel Pastor, Ana Zarate, Aitor Martínez, José María Uribarri, María Teresa Aranguren, María Ángeles Bengoetxea y un buen número de invitados, farmacéuticos de vieja escuela, amigos de la historia, paseantes, dirigentes políticos, usuarios comunes y cuantos se acercaron a disfrutar de una muestra de mucho peso.

Con la apertura de esta exposición echan a volar los actos conmemorativos de Unicefar-Cofares. Asi, en el programa de mano de tan señalada fecha está registrado que el próximo 20 de septiembre se celebrará un concierto de Cámara, de la Orquesta Sinfónica Nacional Checa -en su versión de cuerdas...- dirigida por Inma Shara en el auditorio principal del Palacio Euskalduna, preámbulo de la cena de gala y entrega de condecoraciones de la cooperativa. Un día después, se procederá a la presentación del libro Un cántico a la cerámica farmacéutica, obra de Antonio del Barrio Marín, que contará con los adornos oratorios de la conferencia magistral de Javier Puerto Sarmiento, catedrático de Historia de la Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid. Será el broche de una celebración marcada por la nostalgia y el porvenir.