La mayoría de los conductores que ayer a mediodía pasaron por el barrio de Santelices en Muskiz no salían de su asombro ante la presencia de un buzo apostado junto a la artesanal marquesina, que a diario protege a los usuarios del Bizkaibus que va hacia Sopuerta y a los niños que llegan en autobús de la ikastola local. No todos se turbaron, porque los habituales de la zona que se cruzaban con él y le saludaban, como ya hicieron este pasado sábado en la misma ubicación, saben que lo suyo no es de chirigota.

"Estamos defendiendo los derechos de nuestros hijos y de nuestros vecinos, sobre todo, los mayores, que tienen que jugarse el tipo para cruzar esta carretera en la que a pesar de existir una limitación a 50 kilómetros por hora, es constantemente infringida; lo que nos deja solos ante el peligro", expone Alfonso, el audaz buzo que, venciendo su innata timidez, no ha dudado en "sumergirse hasta el fondo" en esta reivindicación viaria.

Y no está solo en esta pelea de David contra Goliath y que dura ya más de 12 años aderezados de quejas y solicitudes varias al Ayuntamiento y la Diputación. De hecho, este próximo sábado sus vecinos, y más de uno de los residentes en el municipio, se sumarán a su demanda disfrazándose de igual manera para pedir soluciones.

Alfonso es el portavoz de esta curiosa protesta alternativa, pero no es el único en el barrio que no entiende la actitud de la Diputación, a quien recuerdan que por no haber, no hay ni señales que alerten del uso escolar de la zona .

"¿Qué pretende la Diputación?, ¿ocurrirá como en Basurto y colocarán semáforos después de que hayan ocurrido accidentes, muertes y desolación? Asistirán después a los funerales, cuando antes se había podía haber evitado la tragedia?", repiten a modo de jaculatoria los residentes de este barrio azuzado por un tráfico endemoniado hacia polígonos, canteras y pueblos encartados.

Incluso el Ayuntamiento ha movido ficha y ha solicitado formalmente al ente foral que tome cartas en el asunto implantando "una señal o lo que consideren conveniente para permitir el cruce seguro de los niños por la carretera BI-2701 a su paso por el barrio de Santelices", algo que el Departamento de Obras Públicas ve viable mediante la instalación de un paso de cebra, una vez que el Departamento de Transportes "decida" la ubicación de las paradas de autobús "siempre que en el citado punto exista una visibilidad mínima suficiente para que haya una distancia de parada".

"Un paso de cebra, sin más limitación, no sirve de nada porque la gente viene enchufada. Otra cosa es que hubiera un semáforo o badenes para que se reduzca la velocidad, porque la única zona hábil sale de una curva en cada sentido", razona Alfonso.

No ha sido ésta la única decepción que ha motivado su peculiar protesta, ya que el Departamento de Transportes antepone criterios racionalistas para negar la implantación de las marquesinas en las que los menores y los usuarios del servicio regular se puedan guarecer.

"Nos dicen que, con independencia de que el volumen de usuarios potenciales de la parada no hace recomendable su instalación, se necesitan tres metros de acera para instalarla, porque si no se reduciría el arcén hasta una anchura insuficiente para que el autobús pueda realizar la parada fuera del carril de circulación. ¿Dónde creen que para ahora cuando va hacia Muskiz?", cuestiona Alfonso, el buzo de Santelices.