Sky Hopinka traslada una visión etnopoética de su identidad indígena al Guggenheim
El artista estadounidense presenta una muestra de vídeo, en tres canales, en la que ahonda en la mitología sobre la planta Xawiska, utilizada por el pueblo Ho-chunk
Una profunda reflexión sobre lo complejo que es hoy en día la vida indígena contemporánea. Es lo que ofrece Sky Hopinka en el Museo Guggenheima través de una instalación de vídeo, en tres canales, filmado con un enfoque etnopoético. Es decir, el artista estadounidense se aleja de la mirada cosificadora que ha ofrecido hasta ahora el formato audiovisual sobre lo que significa ser indígena. En Desmayos (Fainting Spells, 2018), con la que se cierra la programación de este año del Film&Video, explora la mitología sobre la Xawiska o pipa de indio, planta medicinal utilizada por el pueblo Ho-chunk de Wisconsin. “El deseo que tenía de hacer películas respondía en parte a la necesidad de contar historias indígenas que fueran propias de mi comunidad y de mi identidad”, revela el propio artista.
El Guggenheim roza el mejor verano en visitas desde su apertura
Pese a que su intención era estar presente en la pinacoteca bilbaina para la inauguración de su muestra, un problema de salud que no reviste de gravedad ha impedido que pueda viajar. Así lo ha justificado este jueves Miren Arzallus, directora general del Museo Guggenheim, quien ha destacado que la muestra ha sido concebida específicamente para el espacio en el que se puede visitar hasta el 18 de enero. “En esta obra fusiona el cine no narrativo con las imágenes abstractas y nos invita a hacer una reflexión sobre los retos de la vida indígena contemporánea y, a su vez, a sumergirnos en esta realidad inmersiva en la que combina música, poesía, sonido, imágenes”, ha apuntado en relación al vídeo que comienza con un poema manuscrito, surcado por escenas de paisajes coloridos.
Perteneciente a la nación Ho-Chunk de Wisconsin y descendiente de la Banda Pechanga, del pueblo de los luiseños del sur de California, el Pacífico noroccidental ocupa un lugar destacado en su obra, especialmente cuando profundiza en la investigación de conceptos como la patria, la identidad personal y el paisaje. “Las películas de este artista revelan siempre el profundo compromiso con su propia perspectiva indígena, que tantas veces ha sido el canon occidental ha dejado relegado. En su obra explora la cultura, la historia y las creencias indígenas a través de temas como la memoria, la identidad, el lenguaje, el mito... entre otros temas”, ha indicado la directora de la pinacoteca.
Según ha afirmado Geaninne Gutiérrez-Guimaraes, curator del Guggenheim, en esta ocasión el artista interpela directamente a la Xawiska, también conocida como planta fantasma o planta cadáver, que aparece personificada como una figura envuelta en una capa e insta a recorrer el mundo de los espíritus en diferentes estados de conciencia. Filmada en Washington, Colorado, Wisconsin, Oregon y Nuevo México, la película genera una narrativa de ensoñación que invita al espectador a sumergirse en “una experiencia inmersiva única”. Para poder llevar a cabo la grabación, el artista investigó ampliamente sobre esta planta para intentar encontrar un mito que determinara su origen y, al no conseguirlo, optó por crearlo.
CINE EXPERIMENTAL
Según Gutiérrez-Guimaraes, Sky Hopinka (1984, Ferndale, Washigton) ha vivido en California, Oregon y Winsconsin. En Portland estudió y enseñó Chinuk Wawa, lengua indígena del noreste del Pacífico y comenzó a interesarse por el cine documental. Aunque no fue hasta su traslado a Milwaukee cuando se inscribió en un posgrado para cine experimental y descubrió modos no convencionales de filmación documental. Actualmente vive en Nueva York y es profesor en Harvard University. “Su trabajo se encuentra hoy en algunas de los mejores museos del mundo y su obra ha tenido un gran reconocimiento internacional se refleja en innumerables exposiciones individuales, sino también en ferias de arte y distintos festivales de cine como Sundance, Toronto o Nueva York, entre otros”, ha apuntado Arzalluz.