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El Bilbao BBK Live más internacional: “Lo mejor es el precio de la cerveza; en nuestro país sería impensable”

El festival referencia en el verano vizcaino ha arrancado con más presencia foránea que nunca, atraídos principalmente por la banda británica Pulp

En imágenes: Bilbao BBK Live, el encuentro más internacionalMarkel Fernández

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Las caras rosáceas de los primeros asistentes al Bilbao BBK Live indicaban dos cosas. Una, que el sol vizcaino no perdona desde la mañana y dos, que el público que lo recibía no estaba acostumbrado a tanta radiación.

Aún así no era fácil distinguir a los extranjeros de los locales: la nueva moda global requiere de un ojo experto para adivinar la nacionalidad, lejos ya de los clásicos looks internacionales que facilitaban la identificación como las sandalias con calcetines o las camisas abiertas enseñando pecho.

En imágenes: Arranca el Bilbao BBK Live 2025 con una hora de retrasoMarkel Fernández

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El inglés se mezcla con el euskera, el castellano y el catalán como los idiomas más escuchados. Cientos de británicos se han acercado hasta Bilbao para escuchar una vez más a su grupo favorito. Varias decenas de fans corrían desde la retrasada apertura de puertas, sobre las seis de la tarde, a la primera fila del escenario principal. Aún faltaban cuatro horas para el comienzo del show pero las ganas combatían la sed y el calor.

Seguidores de Pulp

Fiona, Paul y su hija Marine vienen desde Birmingham para disfrutar de un nuevo concierto de Pulp. “Esta es mi trigésimo octava vez que les veré en directo. Estábamos la familia haciendo un viaje en moto por Europa y queríamos terminarlo aquí”, explicaba Paul, padre de la familia. “Desde que me llevaron por primera vez con siete años no recuerdo cuántas veces los he visto en directo. Mis padres me han transmitido la pasión”, cuenta la hija. Además, han tenido tiempo para disfrutar de las playas de Sopela y cómo no, visitar el tan aclamado Guggenheim.

Marine, Fiona y Paul con un cartel de apoyo a Pulp.

Carlos viene desde Copenhague junto a su padre atraído por la gran cantidad de gente que acude a él y porque le habían dicho que era un “gran festival”. “No conozco a todos los grupos que tocan, solo a un par de ellos, pero quería venir y vivirlo de cerca”, explicaba el danés, que llegó a la ciudad ayer mismo, con el comienzo del festival, y se volverá a su país después de conocer Bilbao y también, un poquito, Donostia.

Carlos, llegado desde Copenhague, posando junto a su vaso.

El horario hacía de trampa para atrapar turistas. A eso de las siete de la tarde, eran los únicos que ocupaban los bancos destinados para devorar la gran cantidad de alimentos disponibles en las cantinas distribuidas por todo el recinto. Ahí estaban Paola y Lucía, venidas desde Colombia. “Llevamos dos semanas en el norte. Tengo una tía en Oviedo y vinimos a verla. Aprovechamos para hacer turismo y ayer mismo conocimos este festival. Nos han dicho que será el mejor sitio para hacer fiesta este fin de semana así que nos tiramos a la piscina”, afirma Paola.

Mucho casual

Paola y Lucía no eran las únicas que pillaron la entrada a última hora. Giorne y Sam son dos holandeses a los que literalmente el festival les pilló de camino a la montaña. “Llegamos el miércoles en avión desde Holanda e íbamos a ir a los Picos de Europa a hacer montañismo. Pero a los dos nos gustan los festivales y en el aeropuerto vimos los carteles de este”, afirmaba la pareja.

Los holandeses Sam y Giorne no han faltado al BBK Live.

No lo conocíamos, pero ahora que estamos aquí nos sorprende lo grande que es y lo bien organizado que está”, contaba Sam. “Lo mejor de todo es el precio de la cerveza y el alcohol; eso en nuestro país sería impensable”, comentaban mientras aseguraban que no se liarán mucho porque al día siguiente ya comienzan su expedición.

Anice y Juan Carlos vienen de Francia por Kylie Minogue. “Es nuestra artista favorita pero además vienen otros muchos cantantes que nos llaman. Hemos cogido un vuelo directo a Bilbao y no creo que salgamos mucho de la ciudad. Tan sólo alguna tarde iremos a la playa y seguro haremos una visita al Guggenheim”, explicaba Anice. Juan Carlos, por su parte, confiesa que lo que más le atraía del festival y de Bilbao era la comida. “Yo ya he estado varias veces aquí, sobre todo en Hondarribia y Donostia. A mí ya me convences para venir al País Vasco tan sólo con la comida”, confiesa.

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Anna y Lena pueden optar al premio de mayor lejanía. Las dos sudafricanas compraron sus entradas hace dos meses cuando coincidieron con un vasco y una vasca en un hostal de París. “Estamos haciendo un viaje de unos meses por Europa. En París coincidimos con dos chicos vascos y nos invitaron a que viniéramos a este festival. Nos lo pintaban genial y la verdad es que así está siendo”, contaban. Al ser preguntadas por dónde estaban sus anfitriones, confiesan tristes que “hace una semana nos dijeron que por tema de trabajo no podían estar este fin de semana, pero nos han ayudado mucho a encontrar alojamientos y nos han recomendado qué lugares visitar y donde comer”.

Habrá que esperar a los días a ver cómo valoran los bilbainos la presencia de tantos turistas, algunos más tranquilos y otros sedientos de fiesta y cerveza. Lo que está claro es que las lomas del festival están siendo un espacio multicultural y de enriquecimiento, por más que algún extranjero echara en falta más locales.