La Ertzaintza investiga una nueva oleada de estafas en Bilbao que ha dejado al menos tres víctimas de edad avanzada en diferentes barrios de la ciudad. El método utilizado, conocido como el tocomocho, es una vieja artimaña que, pese al paso del tiempo, sigue funcionando con sorprendente eficacia. En solo tres días, los estafadores se han llevado más de 30.000 euros en efectivo y diversas joyas tras engañar a personas mayores con la promesa de un falso premio.

El tocomocho consiste en simular que se posee un boleto de lotería premiado en este caso, cupones de la ONCE y pedir ayuda para cobrarlo. A menudo, los estafadores fingen tener alguna dificultad para realizar el cobro; como una supuesta discapacidad o falta de documentación y ofrecen compartir el premio con la víctima si esta colabora económicamente. Para reforzar la credibilidad, actúan al menos dos personas: una de ellas hace de cómplice y se presenta como otro viandante que también cree en la veracidad del cupón y accede a aportar dinero.

Así actuaron también esta semana en Bilbao. En Deusto, una mujer de 71 años fue abordada por un hombre con el supuesto cupón premiado. Una segunda mujer, que actuaba como cómplice, se ofreció a ayudar y entregó dinero al estafador, animando así a la víctima a hacer lo mismo. La mujer acabó retirando 2.500 euros del cajero, que entregó convencida de que recibiría parte del premio. Los delincuentes, además, huyeron con su teléfono móvil, que se había quedado en el vehículo en el que la trasladaron.

Un día después, en Santutxu, otra víctima, de 80 años, fue engañada con una puesta en escena similar. Uno de los estafadores incluso presentó un supuesto certificado que acreditaba que los cupones estaban premiados con 35.000 euros cada uno. La mujer, convencida de que iba a recibir una parte, accedió a retirar 15.000 euros del banco. Una vez entregado el dinero, los timadores desaparecieron.

El caso más grave

El tercer caso, ocurrió el jueves 4 de julio en el barrio de Zabala, fue el más grave. Un hombre de 82 años entregó primero 3.000 euros, dos relojes y una alianza. Luego fue acompañado por los estafadores hasta un cajero, donde retiró otros 11.000 euros. Al igual que en los otros casos, fue abandonado con cupones falsos y sin posibilidad de contactar con los responsables.

La Ertzaintza ha advertido que las víctimas de este tipo de timos suelen ser personas mayores, abordadas cuando se encuentran solas. Esta vulnerabilidad facilita que el engaño resulte creíble, especialmente cuando los delincuentes usan técnicas teatrales y apelan a la buena voluntad de las víctimas.

No confiar en desconocidos

Te puede interesar:

Desde el Departamento de Seguridad insisten en que no se debe confiar en desconocidos que ofrezcan boletos premiados, oportunidades económicas inusuales o que pidan ayuda para operaciones bancarias. También se desaconseja aceptar cambios de billetes o facilitar dinero a personas que no se conozcan, por muy convincentes que parezcan sus argumentos.

Las investigaciones siguen en marcha y la Ertzaintza busca identificar a los responsables. Mientras tanto, las autoridades piden a las familias que adviertan a sus mayores sobre estos engaños, que, aunque antiguos, siguen generando un grave perjuicio económico y emocional a quienes los sufren.