Más de una vez se habrá preguntado a qué se dedica esa persona apostada con su portátil en el coworking de un hotel, una cafetería o aeropuerto con semblanza solitaria y buscando ideas mientras mira al infinito. Responde a la figura, idealizada, del emprendedor en busca de una respuesta afirmativa a su proyecto. Como en la obra Seis personajes en busca de autor, del escritor Luigi Pirandello. Con ánimo de orientarles pero también de darles un espaldarazo surgió oficialmente en septiembre de 2024 Bilbao Ekin Kluba, asociación sin ánimo de lucro espoleada por un equipo de veinte colaboradores, que paulatinamente va ganando identidad, y por el que ya han pasado más de un centenar de mentes inquietas. “Esto nace un poco de la colaboración con Bilbao Ekintza y de detectar la necesidad de generar una comunidad más abierta y horizontal donde los esfuerzos estuvieran mucho más dirigidos y cohesionados en el ecosistema emprendedor”, subraya su presidente, Jon Prieto. Es decir, que quien lo necesitara pudiera buscar en ellos tres ejes –relación, información y formación– sin perderse entre la amalgama de instituciones y requisitos públicos. “Faltaba una estrategia global”, dice.
Bilbao y, por extensión, Bizkaia conjugan talante y talento “como nunca antes”, y de lo que se trataba era de hacer más efectiva esa apuesta por generar tejido empresarial local, desterrando el concepto “elitista” que a veces destila el espíritu emprendedor. “Esa visión existía en el sentido de que mi proyecto no va a llegar a nadie, o no lo querrá conocer, o nadie se va a abrir a saber de él si no hay alguien que me introduzca o doy con alguien en concreto. Ha existido elitismo relacional. En los eventos se veían las mismas caras y, algunas veces, la historia cambiaba pero eran los mismos los que estaban detrás de los proyectos y ayudas, también a nivel privado. Queríamos romper con eso y volver al origen: que cualquier persona, sea cual sea su situación, pueda tener un proyecto personal o profesional, sacarlo adelante, disponer de facilidades, apoyarse en gente que está como él, en instituciones, o sea, que no se desmotivara en un mundo de muchos noes y cuyo camino es duro porque cuesta entrar en la rueda”, explica Prieto.
Bilbao Ekin Kluba es, de entrada, una puerta abierta a otros emprendedores, una comunidad abierta donde “compartir experiencias, miedos y sentirse escuchados”. Además de este ámbito humano se halla el informativo. “Muchos vienen de otras ciudades y países y no conocen el entramado administrativo, los tiempos, los tipos de ayudas económicas, cuáles son compatibles y qué pasos dar”, afirman. O lo que es lo mismo, funcionan como una ventanilla única de asesoramiento. Pero a todo ello se suma un apartado diferencial: “ofrecemos mensualmente distintos tipos de formaciones a todos los miembros con distintas habilidades, algunas más tangibles (tecnológicas, de inteligencia, automatización, productividad...) y otras más blandas, como oratoria, cómo hacer networking, superar los temores iniciales”, desgrana Prieto. “O en el espacio financiero, cómo compaginar tus finanzas personales con las profesionales cuando estás empezando”, precisa. La última gran zancada de la asociación es que ha podido llegar a ser una especie de laboratorio, de campo de pruebas, de forma que el club sea un espacio seguro donde desafiarse a sí mismo. “Al igual que hay prácticas universitarias y de FP, prácticas de emprendimiento”, aplaude, “un proyecto de alto impacto e índole social”. Figura que no existía en este terreno.
Proyectos
La asociación nació en 2024 ante la necesidad de crear una comunidad más abierta donde cohesionar esfuerzos en el campo emprendedor
Tirando aún el lazo a más entidades que les respalden y con una visión ya incluso internacional, la asociación se felicita por el último proyecto plasmado a finales de mayo, llamado Hackathon, donde 35 jóvenes presentaron ideas innovadoras para resolver retos de Bilbao, entre ellos uno de turismo sostenible, otro de sostenibilidad energética en los servicios públicos, y un tercero sobre bienestar digital y mental, la desconexión digital sobre todo orientada a los emprendedores. Hay que unirlo al proyecto Pintxopote, concurso mensual donde bares de la capital vizcaina compiten con su mejor pintxo, dinamizando zonas menos concurridas. Los participantes ganan premios y los locales, reconocimiento. “Es la excusa para visibilizar la hostelería en los barrios”, reseña Jon, una lucha contra la “centrificación del ocio”. En marcha están otros como una especie de paseo de la fama del emprendedor, un proyecto de reforestación, etc-
Entre quienes ya se han acercado a Bilbao Ekin Kluba sobresale la diversidad de experiencias y cultural de los emprendedores, no necesariamente jóvenes sino también por encima de los 40 y 50 años y que buscan traspasar experiencias. “Ahí va muy bien la interacción entre esos dos polos de población. Como el talento no tiene fronteras, hay mucho foráneo que se ha acercado persiguiendo “un empujón”. “Hay mucho talento y a veces solo hace falta alguien que te deje un espacio para demostrarlo”, considera Prieto, que detecta también brecha de género en este ámbito porque el público principal es masculino. “Aunque nuestro primer evento ha sido liderado por Ane, una mujer súper emprendedora”, corrobora. Otra rémora a combatir, el miedo, porque “en ocasiones te lleva a ni siquiera darte la oportunidad de fracasar”. Otro reto se sitúa en la irrupción de la Inteligencia Artificial, un área todavía difusa.
En definitiva, Bilbao Ekin Kluba (se puede contactar a través de su página web oficial: bilbaoekinkluba.eus) funciona como una sala de espejos donde los esfuerzos y pensamientos se retroalimentan para, a la postre, dar rienda suelta al talento y, por encima de todo, que fructifique.